El pleno del Consell de Formentera aprobó el viernes diversas medidas urgentes para ayudar a los ciudadanos a superar las dificultades que la crisis sanitaria del Coronavirus hace prever para este invierno. La temporada ha sido muy corta y los trabajadores van a echar en falta los ingresos de otros años. La institución ha preparado una línea de ayudas al alquiler de 150.000 euros. A falta de ver como se articula y se distribuye esa ayuda, hay que decir que como parche está bien. Digo parche, porque lo de la vivienda en Formentera es un viejo problema, al que nadie parece poder encontrar la solución.

En Formentera es casi imposible para una familia de clase media, comprar una vivienda y únicamente queda la opción de alquilar. Los propietarios lo saben y eso marca el precio. No estamos hablando de alquilar el balcón de un piso para la temporada, que también se ha hecho. Hablamos de la vivienda para vivir, una persona, una pareja, una familia. Todos ellos con trabajo y ganas de enraizar en una isla cuya carestía de vida, la hace muy difícil. Pues bien, lo primero es un periplo de búsqueda de la vivienda ‘ideal’. Después de visitar una decena de cuchitriles, la primera cosa medio digna, a uno le parece el palacio del Sultán. Tras haber escuchado unas cuántas aberraciones, los 1.200 euros mensuales por dos habitaciones, te parecen hasta baratos. Los socialistas entraron en el gobierno con este como uno de los temas prioritarios y hablaban de la puesta en marcha de «una oficina insular de la vivienda». Suponemos que el Coronavirus también ha retrasado esa oficina. La intención parece buena, lo que más va a costar va a ser cambiar la mentalidad de muchos propietarios (no todos, por cierto) que creen que al tener disponible un techo en el paraíso deseado, viven en otra dimensión y están por encima del bien y del mal.