Es poco frecuente que en el Parlament haya debates de nivel, dado que el nivel retórico de sus señorías es más bien escaso. De hecho, en su mayoría los plenos están cargados de intervenciones soporíferas, cuya audiencia se limita a los benditos periodistas que deben aguantar estoicamente los dislates para extraer el ínfimo interés del que gozan los mismos. Afortunadamente, hay honrosas excepciones.
Es el caso de la consellera de Agricultura y Pesca, Mae de la Concha (PODEMOS) quien, en un arrebato de lucidez, sacó la carcajada de la bancada popular al afirmar que le “parece muy feo matar a las sirviolas enamoradas”. Este es el nivel de la máxima representante del sector pesquero en Baleares: suelta semejante sandez en sede parlamentaria sin que se perciba en ella el menor atisbo de rubor; prueba de que la vergüenza no habita donde reina la ignorancia. Más allá de la anécdota, dejó sin respuesta la intervención de la diputada e inspectora de pesca, Virginia Marí (PP), quien se preocupó por la captura masiva e ilegal de esta especie por barcos provenientes de la península que no respetan ninguna veda ni restricción. El sector primario tiene en su consellera una valiosa representante de curriculum ignoto para el escarnio y el bochorno, en línea con sus compañeros. Es vox populi que los consellers de la formación morada en el Govern son un mero atrezzo, unas meras marionetas sostenidas por unos hilos que penden de un jugoso salario. No en vano, uno puede comprobar como el vicepresidente, Juan Pedro Yllanes, vino del Congreso para dedicarse a la ardua tarea de inaugurar mercadillos al aire libre, mientras que a Isabel Castro todavía le piden el DNI en las Consejos de Gobierno porque no saben ni quien es ni que hace allí. Ellos tragan y Francina aplaude.
5 comentarios
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menos basura en prosa, te vendria ver por una vez hacer cosas de alguien de tu edad, que pareces un viejo desde los 14 chaval.
Millonario sería si fueran millones, y no llega ni a 1. La campaña que si es millonaria es la del Gobierno de España, que por lo mismo (y por la misma vía de emergencia) lanzó una campaña de 2,5 millones €. Así que: shhhht!
Bien visto y dicho. Podemos ha pasado a llamarse Traguemos.
El especialista y catedrático en ética periodística Claude-Jean Bertrand califica el silencio periodístico como “el pecado capital de los medios de comunicación”. Ese mismo silencio que nos muestra desviando la atención sobre una campaña millonaria otorgada de manera irregular a unas pobres sirvias enamoradas. ¿Está dejando de ser el azote de los políticos corruptos? ¿O sólo lo hace por intereses?
No sacaremos a relucir las perlas verbales de todo un parlamento, porque al final aburre. Y haberlas, las hay de todos los partidos. Lo que me parece triste es ver cómo sacan su lengua viperina dependiendo del partido y como ignoran o edulcoran otras situaciones. Si Aislados fuese del pacto, usted ya estaría atacando de manera obsesiva. Pero se nos va con lo de las sirvias. Pues nada, siga pensando que tiene toda la razón del mundo. Igual así consigue uno de esos asientos sostenidos por los hilos de un salario.