No ha sido en primavera pero el resultado fue el de siempre. La Philippe Chatrier volvió a vivir el pasado domingo su particular día de la marmota.

Las gradas de la pista central del club parisino presentaban la estampa impuesta por la pandemia, pero la imagen para el recuerdo fue muy similar a la registrada en doce ediciones anteriores: Rafa Nadal alzando la Copa de los Mosqueteros. Al otro lado de la red tenía al actual número 1, pero Nadal sigue siendo el rey de la arcilla roja. Y más, tras la bravuconada que se marcó apenas doce horas antes el ‘cuñado’ Goran Ivanisevic, técnico de Djokovic. «A Novak se le ha metido en la cabeza y es el favorito. Nadal no tiene opciones de ganar», aventuró el sobrado Ivanisevic. Rafa pasó por encima de Nole en un octubre rojo marcado por la declaración del estado de alarma en Madrid.

Desgraciadamente, el relato se ha puesto por encima de la salud pública con datos utilizados al antojo por unos y otros. La segunda ola de la pandemia se extiende por el mundo y la OMS titubea sobre las bondades del confinamiento. Más claro lo tiene el FMI a la hora de dibujar el peor de los escenarios para España.

La sobrada de Ivanisevic estuvo a la altura de algunas de las perlas que nos han dejado nuestros gobernantes en los últimos días. Ahí está el entrañable video que nos dejó Viviana de Sans cargando contra el Consell por no haber hecho nada para salvar a las cabras de es Vedrà. De Sans expresó estar «triste y enfada» y seguro que lo está, pero no se le debería olvidar el ‘detalle’ de que la gran matanza se perpetró en 2016, cuando socialistas y Podemos llevaban las riendas del Consell y del Govern. El ejecutivo autonómico sigue teniendo el mismo color y sigue ejecutando su plan cruento.