Sin ninguna duda es cierto aquello de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Es así porque parece claro que los meses de confinamiento debidos al estado de alarma no han servido de nada. Ya fue en su momento criticable la actitud de las fuerzas políticas ante la primera oleada de coronavirus, básicamente por la incapacidad de todos para ponerse de acuerdo ante un grave problema. Una situación límite que debería haber servido para que todos a una decidieran plantar cara al covid-19 con el único propósito de derrotarlo, aparcando todo tipo de prioridad partidista.

Parece mentira, pero llegada la segunda oleada de contagios la historia se repite y algunos siguen empeñados en demostrar el nulo interés que tuvieron y siguen teniendo en priorizar por encima de todo la lucha contra una pandemia que de nuevo golpea sin piedad. Resulta triste comprobar cómo se sigue utilizando la expansión del virus como arma arrojadiza contra los rivales políticos.

En los meses de confinamiento estricto se criticaba al Gobierno de la Nación por actuar de forma abusiva, sin tener en cuenta para nada relevante a las administraciones autonómicas y por utilizar el estado de alarma como herramienta de opresión social. Esa actitud la mantuvieron los partidos de derechas y extrema derecha, que son oposición en nuestro país. Levantado el citado estado de alarma, y con la vista puesta en una deseada nueva normalidad, las comunidades autónomas recuperaron toda su capacidad de gestión y con la llegada de la segunda oleada de contagios, cada autonomía decidió hacerle frente de diferente modo.

El PP, Cs y Vox, al igual que hicieron en su momento, han decidido de nuevo nadar contra corriente y mantenerse al margen de cualquier tipo de acuerdo que pueda significar aunar fuerzas para combatir la pandemia. Los mismos que ya antes utilizaron Madrid y a su presidenta Díaz Ayuso como ariete para tratar de derribar al Gobierno de Sanchez vuelven de nuevo a las andadas en esta segunda oleada de contagios.

El pacto de derechas que gobierna la comunidad de Madrid con el apoyo imprescindible de la extrema derecha de este país ha decidido desmarcarse nuevamente de todas las comunidades autónomas, erigiéndose de nuevo en los únicos capaces de hacer frente al malvado Sanchez. De nada sirve que Madrid sea otra vez la región de Europa con los peores datos; de nada sirven las decisiones que democráticamente se toman en el seno del Consejo Interterritorial, con el ojo puesto en combatir la pandemia; de nada sirven las protestas del sector sanitario en masa, que reclaman el cumplimiento de la promesa de mejorar la atención primaria y de contratar los rastreadores necesarios; de nada sirve todo ello y ese tripartito de Madrid, vuelve a poner el rendimiento económico, por delante de la salud de todos.

Resulta increíble que se siga manipulando todo lo manipulable, pretendiendo hacer creer que Madrid no necesita las medidas que el Gobierno del Estado se ha visto obligado a aplicar allí porque las que ellos aplicaban eran insuficientes. Parece mentira que sigan afirmando que gracias a las medidas que ellos venían aplicando, eso sí solo en las zonas más pobres de la capital, la cifra de nuevos contagios estaba bajando claramente.

Mienten descaradamente cuando afirman tal cosa, ya que lo que están haciendo es no hablar de que han reducido a casi la mitad el número de pruebas PCR que se hacen en Madrid y que no es cierto que se sustituyan esas pruebas por los nuevos test de antígenos, ya que de estos últimos tampoco se hacen los necesarios para sustituir a las PCR que han dejado de hacerse; falseando así la realidad es como Madrid pretende hacer creer que todo es maravilloso. Mentir a la sociedad y decir auténticas barbaridades, es lo que mejor se le da a Díaz Ayuso, pero lo mas triste es que las burradas que dice, como por ejemplo, que Sánchez solo pretende dinamitar el estado de derecho y fomentar la anarquía, tengan el aval de los dirigentes del PP, con Pablo Casado al frente.

Es muy triste que ninguno de ellos sea capaz de entender y asumir que en ningún caso habrá recuperación económica si primero no se acaba con la pandemia. Mas vale hacer un gran esfuerzo durante poco tiempo, que un menor esfuerzo a lo largo de mucho tiempo.