La aplicación Radar Covid no es tan segura como nos hicieron creer. Ahora están saliendo a la luz las consecuencias de buscar soluciones tecnológicas al coronavirus a ritmo de contrarreloj. Esta app del Gobierno se ha creado a la carrera y sin garantías de seguridad. En las últimas horas ha vuelto a surgir la polémica con Radar Covid, ante una brecha de seguridad que permitía acceder a los datos de los usuarios.

La empresa Amazon tenía acceso a los usuarios que declaraban su positivo a través de esta app para controlar la expansión del virus. La compañía estadounidense podía comprobar qué móviles notificaban positivos por Covid-19. No hay pruebas de que la brecha haya sido explotada, y desde la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial informan que ya lo han solucionado. El Gobierno debería haber corregido esta situación muchos antes, en vez de retrasar el anuncio de la vulnerabilidad. A pesar de que el Ejecutivo conocía esta brecha desde el pasado 28 de septiembre, dicho problema «no se hizo público porque no ha habido constancia de una violación de la seguridad de los datos personales, tal como recoge el artículo 33 del Reglamento», dicen fuentes oficiales del Gobierno.

El peligro por esta vulnerabilidad podría ser mayor. El escándalo no ha ido a más por el escaso éxito de descargas de Radar Covid. Estos problemas no hacen más que empeorar la confianza de la sociedad española hacia una app que podría ayudar a controlar la pandemia en nuestro país. Desde el punto de vista jurídico hay una vulneración del principio de transparencia porque los datos no están protegidos ante terceros. Los estados tienen que adoptar soluciones tecnológicas para hacer frente a la Covid-19, aunque siempre con la vista puesta en salvaguardar los datos de la sociedad.