Los que más claman por la libertad son los que más restringen la libertad de los demás. Son los mismos que consideran que sus postulados son los verdaderos y todo aquello que no coincida con sus principios debe ser perseguido y castigado. Lamentablemente es así. El nuevo plan del Gobierno para luchar contra las llamadas fake news es un ejemplo de ello. Suena raro que en un país democrático como España, se cree un comité gubernamental que pretenda aleccionar a los medios de comunicación sobre lo que es verdad y mentira. Tiene que quedar claro que los tribunales son los encargados de velar por el cumplimiento de la objetividad de la información.

Según este plan, los que avisaban en febrero y marzo sobre las consecuencias del coronavirus Covid-19 hubiesen sido catalogados de bulo por parte del Gobierno. Lo mismo puede ocurrir con los periodistas que informan sobre un hecho basándose en sus fuentes, y como no es la verdad oficial te la catalogan como bulo o fake news. ¿Quién es el Gobierno para decir lo que es verdad o no? Es una pregunta que debemos plantearnos todos. La política es el reino de la mentira. Todos los partidos políticos nos mienten y nos tergiversan la realidad constantemente, lo estamos viendo cada día. No pretendo catalogar a todos los políticos por igual, ya que los hay más decentes y menos. Entonces, ¿quién tiene la potestad de la verdad?

La respuesta es sencilla: cada uno de nosotros. Entre todos tenemos que tomar medidas para verificar las noticias y evitar caer en la desinformación. Es responsabilidad de cada uno de nosotros nutrirnos de fuentes diversas para distinguir la verdad de la mentira. No dejemos que piensen por nosotros.