La elaboración de los presupuestos de la Comunitat ha provocado mucho malestar entre los funcionarios, que esperaban un incremento salarial a partir de 2021 y, en cambio, se les va a congelar el sueldo a diferencia de los trabajadores públicos de la Administración central, que tendrán una subida del 0,9 por ciento.

Reconozco que en las actuales circunstancias no solo esperaba una congelación de los sueldos públicos sino incluso un recorte, que es lo que han sufrido la mayoría de los trabajadores que han podido mantener su puesto de trabajo en la peor crisis que han vivido muchas generaciones. Admito que hay que ser muy valiente para acudir a una protesta para pedir un aumento salarial en la actual coyuntura y tampoco creo que la socialista Pilar Costa, portavoz del Govern, sea la mejor persona para llamar la atención a los funcionarios y recordarles que hay gente que lo está pasando mucho peor.

En eso sí estoy de acuerdo con la consellera porque cada mañana paso por una de las colas del hambre de personas que se han quedado sin trabajo y no tienen para comer. No creo que la consellera socialista, que entre sueldo, plus de residencia y dietas de la Autoritat Portuaria supera los 90.000 euros al año, sea la mejor portavoz para pedirle a los trabajadores públicos que hagan un sacrificio. A todos los funcionarios y políticos que se indignan por tener el sueldo congelado les recomiendo que lean las noticias de lo que están haciendo las empresas para sobrevivir, los sacrificios para no cerrar sus puertas, y la escasa ayuda que tienen del Estado. Y después pregunten a los trabajadores que han perdido sus puestos de trabajo, cuyas perspectivas a corto y medio plazo para recuperar la vida anterior a la crisis sanitaria es simplemente una utopía. Pregunten y luego protesten.