Retirar dinero de una cuenta bancaria y hacer una transferencia online se han convertido en gestos cotidianos que están expuestos a posibles ataques informáticos. Los atacantes han colocado a los organismos financieros en su punto de mira. Los ciberataques siguen aumentando tanto en número como en nivel de sofisticación.

En lo que va de año se han producido cerca de 1.500 casos de ataques a bancos, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicados en un estudio reciente. “El número de ciberataques se ha triplicado en la última década, y el sector de servicios financieros sigue siendo el blanco preferido”, advierte el FMI. Para este organismo, un ataque a una entidad importante podría propagarse con rapidez por todo el sistema financiero, “causando una perturbación generalizada”. Además, un informe publicado por la consultora de riesgos Marsh señala que los ataques informáticos se han cuadriplicado en España en los dos últimos años. El sector financiero es el que más ciberataques recibe, con el 21% del total, según el estudio de Marsh. En términos generales, los principales ataques que reciben las empresas por parte de actores malintencionados, se basan en ataques de ransomware, malware, denegación de servicios, cross-site-scripting (XSS), phishing y botnets, entre otros. Estos incidentes suponen una preocupación para este sector. Las entidades financieras deben ir más allá a fin de ofrecer una experiencia segura al cliente.

Por ello, es crucial que el sector financiero ponga en práctica medidas como la realización de auditorias de forma regular para comprobar su nivel de seguridad, el aumento de inversiones en sus sistemas informáticos, las mejoras en la protección de datos o la formación de sus empleados, entre otras. Como dice el refrán, más vale prevenir que curar.