A principios de la semana pasada desde CAEB Ibiza avisaban que al actual ritmo de vacunación harían falta varios años para poder inmunizar a toda la población ibicenca y también balear. Se trataba del primer aviso de las patronales ante un hecho clamoroso: como no hay vacunas suficientes, no se puede vacunar al ritmo necesario para poder llegar a la temporada de verano con la mayor parte de la población imunizada. ¿Y qué hacía mientras tanto CAEB Baleares? Nada, totalmente callados. Y así llevan prácticamente desde que empezó la crisis.

Cuando Armengol dice que no había calibrado el malestar de los propietarios de los bares que se manifestaron delante del Consolat de Mar, no debería extrañar a nadie. La patronal ha tenido un papel residual y ha dejado que fuesen algunos medios de comunicación los que denunciasen los errores de gestión del Gobierno de Sánchez y del gabinete de Armengol. Si la patronal CAEB ha sido un cero a la izquierda en el peor momento de la historia reciente de Baleares, la Federación Hotelera de Mallorca se ha convertido en un departamento más de la Conselleria de Turismo.

Mientras hoteleros como Gabriel Escarrer han pedido que se vacune las 24 horas del día y 7 días a la semana para llegar en buenas condiciones a la temporada de verano, la presidenta de los hoteleros de Mallorca prefiere hacerse fotos con Armengol como si estuviese en una feria turística. Pronto le darán un puesto en el Govern. Y otra persona que merece ya una distinción autonómica es la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, que se fotografiaba junto a Armengol cuando la presidenta anunciaba la ayuda de 1.500 euros para los propietarios. Minutos más tarde, la propia patronal decía que era poco dinero. Muchos políticos no han estado a la altura en esta crisis, pero la patronal ha preferido esconderse en contra de los intereses de los empresarios.