Con apenas 48 horas de diferencia se han dado dos versiones diferentes sobre la posibilidad de que lleguen turistas por Semana Santa. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, decía el sábado que si se dan las condiciones sanitarias podría haber turismo en Pascua, pero con turistas nacionales.

Podemos descartar pues el turismo internacional, por mucho que Gran Bretaña vacune a un ritmo diez veces superior al español. Este lunes, en cambio, la presidenta del Govern ha dicho en Ibiza que nos podemos olvidar de la Semana Santa, aunque bien podría añadir que la temporada de verano es otro gran interrogante. No estaría mal que los dirigentes políticos, sobre todo si son del mismo partido, se aclaren sobre los mensajes que difunden a los ciudadanos. Pero lo que está claro es que o los políticos actúan rápido o nos podemos olvidar de la temporada alta, que es lo mismo qxue decir que miles de empresas se van a la ruina definitivamente. En estos momentos, por mucho que Armengol no lo pueda entender, es el momento para que la sociedad civil presione al máximo para que al acabar el mes de mayo esté vacunada el 80 o 70 por ciento de la población.

Me sorprende que los hoteleros hayan dado por concluida aquella mini campaña a favor de la vacunación rápida cuando comenzamos a tener noticias de que al ritmo actual no llegamos a la inmunización total hasta el año 2030 siendo optimistas. La cosa funciona de la siguiente manera: desde Baleares presionamos a Armengol, la presidenta del Govern al Ministerio de Sanidad y el Gobierno central pide cuentas a la Unión Europea. No podemos permitirnos perder ni un día, ni un segundo. Y lamentablemente tenemos motivos para desconfiar en nuestros políticos.