Estamos a punto de cumplir un año de pandemia y esto no lo habíamos imaginado ni en la peor de nuestras pesadillas. ¿Se da cuenta de todo lo que nos ha cambiado la vida en menos de un año? Primero el desconocimiento y la incredulidad, seguido de un confinamiento que no habíamos vivido nunca. Luego vino la recuperación de una cierta normalidad, que dio paso a nuevas restricciones que han tenido que ir a más ante el aumento peligrosísimo de los casos.

Con todo lo que llevamos a cuestas, no es de extrañar que, cuando mantenemos alguna conversación o leemos algún mensaje o artículo, los argumentos que escuchamos nos parezcan en ocasiones surrealistas. Si me permiten, a todos se nos está yendo un poco la olla. Es verdad que a unos más que a otros.

En este sentido, nos parece muy acertada la campaña que ha puesto en marcha el Consell de Formentera invitándonos a «cuidar nuestras emociones». Como el que no quiere la cosa, nos vamos a tirar cuarenta días en nivel 4 reforzado con todas las limitaciones que ello supone, y eso le toca a uno la cabeza.

Por ello la institución lanza a través de una serie de vídeos de impecable factura, a cargo del cineasta virot, Alfredo Montero, mensajes de esperanza y optimismo.

Para ellos ha escogido al deportista Juanjo Escandell, la enfermera Helena o el carismático pagès Pep de n’Andreu, que protagonizan unos breves mensajes invitando al paseo, a la práctica deportiva, a cuidar el campo, el ganado y los animales domésticos. En definitiva, a aprovechar todas aquellas cosas que sí se pueden hacer en la Formentera de nivel 4 reforzado.

Y, ciertamente, no es lo mismo enfrentarse a esta situación viviendo en un piso de una gran ciudad que teniendo en la puerta de casa un paraíso del que poder disfrutar en tranquilidad y sin riesgos.

Que no se nos vaya la olla.