El PSOE no podía haber elegido peor momento para descabezar el equipo de gobierno municipal que este. A un año de la llegada de un virus del que muchos se negaron a reconocer su letalidad hasta que no hubiesen transcurrido las manifestaciones del 8M, y con unos efectos sanitarios, económicos y sociales terribles, que asolan a todos los municipios de nuestra isla, Armengol decide que es buena idea dejar a Sant Josep de sa Talaia sin nadie al timón. Con tal nocturnidad y alevosía, que incluso algunos concejales (desde luego todos los de la oposición) se enteraron de la marcha del alcalde por su anuncio en prensa, Sant Josep pasó de ser un municipio con alcalde y concejala de Bienestar Social, a ser un municipio donde el PSOE todavía no sabe cómo repartirá una de las áreas más sensibles de todo el municipio.

Bien es sabido por los vecinos, sobre todo por los afectados, que nuestro Ayuntamiento no tiene fama de ser buen pagador con las ayudas. Las paga tarde, mal, y si las paga. Prueba de ello es la tan anunciada línea de ayuda a los alquileres, de la que no han tenido capacidad de repartir más del 30% del presupuesto inicial. En el último pleno de este jueves la concejala Guadalupe Nauda se excusó en que era la primera vez que el Ayuntamiento sacaba esta línea, y que ello podía haber generado situaciones no deseadas. Y esa excusa sería válida si no hubiese habido otro ayuntamiento en España con una línea de ayudas similares, pero no es el caso. Podrían haberse fijado, por ejemplo, en cómo gestiona estas ayudas el Partido Popular en el Ayuntamiento de Santa Eulària des Riu, donde agotaron la partida íntegra.

Pero volviendo al tema que nos atañe, la marcha de Agustinet ha llevado tras de sí un daño colateral que, algún día, el PSOE deberá explicar, la marcha de Ana Ribas, dejando el área de Bienestar Social desatendida en el momento de más incertidumbre económica y social de las últimas décadas.

A la falta de diligencia del Ayuntamiento a la hora de pagar las ayudas, se sumará ahora la necesidad de que algún concejal, bien alguno de los que se incorporará próximamente, o bien alguno de los que iniciaron la legislatura, tenga que invertir su tiempo en conocer su concejalía, su personal, sus procedimientos, sus funciones y a sus usuarios, dejando de lado aquello que se espera de un ayuntamiento en estos momentos: la velocidad, la empatía, la eficacia y la eficiencia.

Es por todo ello que desde el Grupo Popular Municipal nos comprometemos con todos los vecinos a trabajar día a día para exigir al equipo de gobierno, y al nuevo alcalde, que atiendan a todos los vecinos como se merecen y que no conviertan a los más necesitados en víctimas de un trilerismo político que solo busca posicionar a Agustinet para tomar el mando del Consell en 2023, algo que, por otra parte, el ya exalcalde nunca había ocultado. Y al nuevo responsable de Bienestar Social desearle suerte y que esté a la altura del momento que vivimos, recordando que hay miles de vecinos que no han podido trabajar desde octubre de 2019, con el daño económico que ello supone, y a los que la administración más próxima, su ayuntamiento, no les puede fallar.