Esto no es una serie de Netflix, dijo hace unos días la aspirante de Más Madrid a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Mónica García, ante la propuesta de Pablo Iglesias de una candidatura conjunta con Unidas Podemos. Es cierto, no es una serie de televisión sino más bien una película de mi admirado Luis García Berlanga.

Lástima que ya no esté entre nosotros porque seguro que habría tenido argumentos suficientes para un guión que hubiera superado historias gloriosas como La escopeta nacional, Todos a la cárcel o París Tomboctú.

De hecho, muchos de sus personajes podrían extrapolarse. ¿O no les parece de broma que en apenas unos meses dos miembros de un gobierno de España huyan con la que está cayendo con el coronavirus, las vacunas, los parados o las ayudas de Europa rumbo a una aventura regional? ¿No les parece surrealista que entre la izquierda madrileña se estén pegando para saber quién va con quién mientras la derecha se frota las manos? ¿No les parece increíble que la aspirante que en teoría va a sacar más votos use como lema comunismo o libertad mientras uno de sus rivales solo sepa decir que viene la ultraderecha? O… ¿que los madrileños tengamos que ir al colegio electoral con una lista interminable de partidos a la que solo le falta el Partido Independiente de la Siesta (PIS)? Y eso por no hablar de los líos del Consejo de Ministros donde no paran de lanzarse cuchillos porque aunque son socios de gobierno no se pueden ni ver. ¿Y lo de Murcia, donde no se ha escrito la última palabra? ¿Y lo de Ciudadanos?... No me digan que Berlanga no haría una buena película con todo esto… me imagino a Sacristán, Resines, Gurrutxaga, López-Vazquez, Manuel Aleixandre, Juan Luis Gallardo o Concha Velasco y si no fuera porque es algo muy serio ya me estaría frotando las manos.