El bloqueo del canal de Suez descongestiona de buques mercantes el Mare Nostrum en su paso del mar Rojo al embudo de Gibraltar. Las navieras tendrán que optar por los cuarenta rugientes del Cabo de Buena Esperanza y los piratas del golfo de Guinea. El bloqueo pone en vilo la economía mundial y demuestra que la realidad supera siempre a la ficción. Best sellers como Forsythe, Ludlum, Clancy, Le Carré, Fleming, Brown…nunca imaginaron tal episodio que ha provocado la mayor alteración del comercio marítimo desde la guerra del Yom Kippur.

En Ibiza ha bastado la visita de un profesor de gimnasia especialista en currículos a dieta para congestionar la actualidad política. El poderoso ministro Ábalos solo se muestra cortés con Delcy y sus maletas doradas. Al Consell ibicenco lo ha ninguneado con la altivez de un sátrapa oriental, aunque su aspecto sea más parecido al de un bandolero de serranía (pónganle un pañuelo en la cabeza y el trabuco o la navaja se hacen instantáneos) o un fornido valido de corte decadente que ha ascendido gracias a sus pelotas (del tipo que retrataron cachondamente los hermanos Bécquer).

Por lo menos dice que el descuento de viaje por residente seguirá (suponemos que la picaresca inflación de los billetes también). Pero eso es algo que tenemos que agradecer a los guanches. En Canarias han sabido negociar mejor con el gobierno de turno y tienen un régimen fiscal que ya quisiéramos en Baleares. En su momento no lo permitieron los catalanistas de la mafia de Pujol, por la manía de anexionarnos a su paja mental. Ahora los catalanistas ya están en el Govern y, desde hace años, los únicos avances vienen gracias a la carambola canaria. Ese es nuestro canal más interesante.