Cultura del esfuerzo. Esa es la receta de toda la vida. A estas alturas los mensajes del tipo: «de esta salimos mejores», ya tenemos claro que no son más que postureo, mensajes edulcorados de ir por casa mientras nos van imponiendo más restricciones o lanzando globos sonda para mantener la tensión. Anteayer, nueve meses después de su anuncio, el Senado dio luz verde a la obligatoriedad de llevar mascarilla hasta en la playa. Ya nos veíamos todos en es Racó d’en Xic, Cala Xarraca o s’Estanyol con el bozal calado. O la paradoja de correr libre por la pasarela de Talamanca y tener que ponerte la careta para tumbarte en un arenal en el que es bien fácil mantener las distancias salvo que uno sea un insolidario.

Ayer a mediodía, apenas 24 horas después, nuevo giro para decirnos que en Baleares esta medida no será obligatoria. La cuestión es tenernos en tensión permanente. Eso sí, tensión de la mala, de la que genera malestar, desasosiego y grandes dosis de mal café.
Pero este tránsito también nos deja grandes ejemplos de la cultura del esfuerzo y tensión positiva en nuestra isla. Ahí tenemos el exitoso estreno el domingo de la 10K Platja d’en Bossa, un buen exponente de que se pueden realizar pruebas con decenas de participantes y cumpliendo con la normativa.

Tensión positiva y buen hacer el que está demostrando toda la temporada la UD Ibiza, que el domingo arranca una fase hacia el sueño de la categoría de plata del fútbol español. Cultura del esfuerzo como seña de identidad en la Peña Deportiva o la superación que demuestra semana tras semana la UD Ibiza-HC Eivissa de Eugenio Tilves en su versión Cap i collons! Tensión positiva del Club Bàsquet Sant Antoni para alcanzar un cielo deportivo que también tienen a tocar el CD Eivissa y la Sant Jordi. Positivismo del bueno.