El nuevo horario de los bares ibicencos es como un coitus interruptus. Con una vara de mimbre obligan a cerrar a las cinco de la tarde por eso de los pitones envenenados del virus, cargándose la civilizada sobremesa y la ceremonia del café, para luego reabrir de ocho a diez. Eso supone un anticlímax que fuerza a malabarismos con el personal y jugar perversamente con los santos bebedores, hoy estigmatizados como irresponsables imberbes en el patio de colegio de la dictadura vírica.
Coitus interruptus
También en Opinión
- El tiempo en Baleares: estos son los puntos en los que afectará la DANA a partir de hoy
- Fallece una deportista a los 17 años por una meningitis
- Auxiliares de enfermería de Ibiza denuncian que no hay ni rastro del plus de difícil cobertura para ellos
- El Ayuntamiento de Ibiza inicia los trámites para cerrar el Patronato de Deportes
- Los ‘openings’ de las grandes discotecas atraerán a 26.000 turistas a Ibiza
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.