Brillante está siendo la histórica página que está escribiendo el Club Bàsquet Sant Antoni.

Hoy podría escribir sobre Ayuso pero cuando las urnas han hablado con la rotundidad que lo han hecho, todo lo demás es confeti. Hoy podría hablar de la huida adelante de Iglesias Turrión pero no merece la pena. Que la puerta giratoria le vaya bonita en el mundo del bussines televisivo. También podríamos hablar de la derrota de Sánchez, el responsable real del batacazo socialista, pero huelgan comentarios.

Y así podríamos seguir pero está probado que hay vida fuera de Madrid y de la política. Vida para saborear a bocanadas corriendo por Talamanca, contemplando una perfecta nube de algodón sobre las chispeantes aguas matutinas del Mare Nostrum.

Pongamos que hablo de brillar. Porque brillante está siendo la histórica página que está escribiendo el Club Bàsquet Sant Antoni. Y lo mejor está por llegar. El lunes pasaron por DxTEF el técnico Carlos Flores, Jordi Grimau y Javi Herrero. Pero no nos podemos olvidar de los Guasch, Medori, Duch, Rodríguez, Carrascal, Skuja, el ‘gigante’ Slezas y todo los que conforman la familia del Sant Antoni. Todos remarcaron que ver sa Pedrera volcada con el equipo fue un orgullo. Y la piña portmanyí no se pone techo y luchará por asaltar el cielo de la LEB Plata.

Brillante como la temporada que se está marcando la UD Ibiza. En su hoja de servicios figura ya el campeonato de su grupo de Segunda B, el pasaporte para la Liga Pro y estar a 180 minutos de la División de Plata del fútbol español, un hecho sin precedentes en el fútbol pitiuso. Chispeante como la temporada de Manu Molina, un arquitecto del fútbol llamado a brillar muchas más tardes en Can Misses.

Brillante como el CD Ibiza, que está a tres partidos de su objetivo del ascenso en un año histórico con las gestas del UD-Handbol Eivissa o el UD-Gasifred. Mel de magraneta para el duro tránsito de un año de restricciones.