Imagen del solar de detrás de la Policía Nacional donde está previsto el proyecto provisional de atención a inmigrantes recién llegados. | Daniel Espinosa

Hace unos días Periódico de Ibiza y Formentera informó sobre la construcción de un campamento para inmigrantes en Vila y el tema ha generado polémica. Hay quien cree que si es permanente puede provocar un efecto llamada y otros, como yo, que intentamos ir más allá y centrarnos en que todos somos personas con los mismos derechos y deberes por más que nosotros hayamos nacido en este mal llamado primer mundo.

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Es cierto que no se puede abrir las puertas a todo el mundo, que aquí no pasamos por nuestro mejor momento y que parte de la solución está en actuar en los países de origen, pero me preocupan los comentarios de nuestra web. Muchos critican duramente a los de fuera pensando que son los culpables de nuestros males con esa capacidad tan propia del ser humano de mirar la paja en el ojo ajeno y no en el nuestro. Sin darse cuenta que todos somos iguales por más que nos diferencie el color de nuestra piel. Que todos tenemos el mismo derecho a mejorar en esta vida y a escapar de guerras civiles, hambrunas, dictadura o falta de derechos humanos. Y que, sobre todo, somos unos privilegiados.

Porque aunque la cosa esté complicada y la crisis nos haya golpeado duramente muchos podemos seguir comiendo todos los días con comodidades que en algunos países ni siquiera se imaginan. No entiendo que hay de malo en que ese campamento tenga canastas, wifi, duchas o porterías porque quien va a estar allí tiene el mismo derecho que yo a disfrutar de la vida. Incluso más, porque posiblemente muchos habrán tenido una vida bastante más dura que la mía. No sé cual será la decisión final. No soy político y entiendo que no será fácil. Solo sé que si un día tengo que emigrar, ojalá no sea cruzando un desierto, endeudándome de por vida para pagar a las mafias o jugándome la vida en el mar. Y que si sobrevivo, con suerte, ojalá me encuentre un lugar donde me acojan y me respeten como persona que soy.