Un dj a los mandos de una consola. | Foto de Isabella Mendes en Pexels

Los bandazos a los que nos tiene acostumbrados este Govern de ahora te prohíbo pero si no te gusta, ahora te lo quito no dejan de sorprenderme. Y eso que una debería estar ya acostumbrada porque menudo añito llevamos. La última reculada es de órdago.

La decisión que publicó la Dirección General de Emergencias e Interior en el BOIB el pasado 21 de mayo prohibía a los djs trabajar en Baleares. Sí, así como lo oyen. Teniendo en cuenta que las discotecas están cerradas y el ocio nocturno es inexistente, dado que el toque de queda continúa a día de hoy a las 23 horas, lo único que les queda a los trabajadores de la música electrónica para no acabar muriéndose de hambre es pinchar en locales diurnos, muchos de ellos restaurantes, hoteles o agroturismos, que amenizan las comidas o las tardes con la música en vivo del discjokey.

Pero para este Govern la actuación de un dj «es una actividad propia de sala de fiesta, baile, café concierto, discoteca o bar de copas. No se puede considerar ni música en vivo, ni tampoco música ambiental». Tal cual. ¿Cómo se quedan? Pues como una gran mayoría de negocios en Ibiza: en shock. Los teléfonos de la Conselleria de Mercedes Garrido debieron de explotar porque ni 24 horas duró la grandísima idea. El Govern se veía obligado a dar marcha atrás y publicaba exactamente lo contrario: «L’actuació d’un DJ és una activitat cultural de música en viu i per tant permesa en les condicions que estableix l’Apartat XI de l’annex I de l’ Acord del Consell de Govern de 7 de maig de 2021». Una vez más todo un ejemplo de previsión y visión de futuro. Da la sensación que quienes nos gobiernan juegan con nosotros al juego de la botella. O eso, o son cuatro monos jugando al parchís. Adivinen quiénes son las fichas.