La nueva naviera FRS operará este verano entre Ibiza y Formentera.

Ante la realidad de tener que empezar a poner en practica las sucesivas fases de desescalada y la preocupación que ello suscita al encontrarnos ya inmersos en lo que en condiciones normales serian las primeras semanas de la temporada de verano, resurgen cuestiones que habían quedado aplazadas y que deberían estar resueltas hace tiempo.

Uno de los problemas sin resolver y que han reaparecido recientemente es el tema de la regulación del trafico marítimo entre Eivissa y Formentera. Ante la noticia de que una nueva naviera había solicitado permiso para operar en esta linea, han saltado algunas alarmas ya que hace ahora un año que se presento un estudio en el que ya se establecía la necesidad de reducir las frecuencias de esta operativa.

El estudio en cuestión fue presentado por el Consell de Formentera, la Autoridad Portuaria de Baleares y la Conselleria de Mobilitat del Govern Balear y en el mismo quedaba muy clara la necesidad de reducir las frecuencias en un 30%. Ya entonces parecía evidente que había un excesivo número de barcos realizando ese trayecto, con varios de ellos saliendo a la misma hora, lo que suponía que la oferta de plazas era muy superior a la demanda de las mismas. Bastaba hacer el trayecto en uno de esos barcos para constatar que la ocupación del mismo apenas llegaba al 30% de su capacidad, con lo que si como suele ocurrir en plena temporada estival salían tres barcos a la misma hora, juntando el pasaje de los tres ni tan siquiera se hubiera ocupado el 100% de la capacidad de uno.

Evidentemente ello estaba muy lejos de lo que se pudiera considerar ofrecer un servicio mínimamente racional o sostenible desde el punto de vista medioambiental. Señalar también que resulta cuando menos curioso, por no decir claramente irracional, que en Formentera se este regulando y reduciendo progresivamente el número de vehículos que pueden circular por la isla, mientras se demuestra una clara incapacidad por parte de quien corresponde, para poner orden al exceso en el transporte público marítimo.

Nos encontramos sin duda ante una nueva patata caliente que su predecesor le ha dejado sin resolver al actual Conseller de Mobilitat, el ibicenco Josep Marí. Sin ninguna duda son muchos los años que han pasado desde la aprobación de la ley que regula todo lo que se refiere al transporte marítimo, por lo tanto que a día de hoy sigan presentes determinados problemas en esta materia, no es más que señal de falta de interés real en dejar cerrada la problemática en cuestión.

Resulta evidente que debe garantizarse el numero de plazas diarias que se pongan a disposición de los usuarios del transporte marítimo entre nuestras islas, también parece claro que se debe controlar el efecto que este transporte puede provoca sobre los valiosos fondos marinos que hay entre las dos islas. Ambas cosas ha manifestado el Conseller tenerlas muy presentes, si bien esto choca frontalmente con otras declaraciones hechas por él mismo y en las que expresa su satisfacción por la posible llegada de una nueva naviera operando en nuestras aguas.

Según interpreta el responsable del Govern en esta materia, la entrada de más navieras en el mercado marítimo será beneficiosa ya que podría suponer una reducción de los precios; pero parece que se le olvide que en esta linea en concreto ya hay cinco navieras operando. Por lo tanto que se incorporara una sexta, más que ayudar, dificultaría todavía más la posibilidad de ponerse de acuerdo en la urgente necesidad de reducir el numero de frecuencias.

Cabe esperar que tanto la Autoridad Portuaria de Baleares, como la Conselleria de Mobilitat del Govern, se pongan las pilas y que en el primer caso vean lo absurdo que sería otorgar permiso a una nueva compañía y que desde el Govern sean mucho más diligentes de lo que han sido hasta la fecha y que se trabaje todo lo que sea necesario para que una ley que lleva más de diez años aprobada, se pueda aplicar en toda su extensión de una vez por todas, sin que se deban estar negociando parches puntuales a problemas que hace tiempo deberían estar más que solventados.

Por todo ello, la reclamación hecha la pasada semana por parte del Consell Insular de Formentera, suena a una petición de lo más razonable. Esperemos que alguien demuestre un mínimo de raciocinio y ponga el debido interés en ello.