Solamente Dios puede hacer milagros.

El santo Evangelio trata de la resurrección de la hija de Jairo y la curación de una mujer a la que ningún medio humano había conseguido curarla. Esta mujer se acercó por detrás con delicadeza. Dicha mujer decía : si pudiera tocar, aunque solo fuera su manto, quedaré sana. La mujer, asustada quedará sana.La mujer , asustada, y temblorosa se postró ante él, y el Señor le dijo: Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y quedó curada de su dolencia. Su fe se enriquece al tocar su manto y ver que estaba completamente curada. Nosotros, los cristianos, hemos de acercarnos a Cristo. También hemos de acudir al Señor con fe y humildad y en Él encontraremos la salud y la paz. Jesús todavía estaba hablando, cuando Jairo, jefe de la sinagoga, recibe la triste noticia de que su hija de doce años había muerto. Jesús al oír lo que decían se dirige a Jairo: «No temas, tan solo ten fe». Al entrar en la casa dice: la niña no ha muerto, sino que duerme, y tomando la mano de la niña, le dice: « Talita qum», que significa : niña, a ti, te digo, levántate . Y en seguida la niña se levantó y se puso a andar. Este milagro de la resurrección de la hija de Jairo, como todos los que aparecen en el Evangelio, manifiesta la divinidad de Cristo.

Solamente Dios puede hacer milagros. El carácter exclusivamente divino de los milagros y particularmente de la resurrección de los muertos-, está recogido en el Antiguo Testamento. Yavé da la muerte y la vida, hace bajar al sepulcro y subir de él. El profeta Elías resucitó al hijo de la viuda de Sarepta invocando a Yavé. Asimismo, en el N.T., los Apóstoles no obraron por poder propio, sino por el poder de Jesús. Cuando el Señor, con autoridad soberna, sin remitirse a un poder superior, manda sin más, que vuelva a la vida la hija de Jairo, manifiesta así que Él es Dios. Alabado sea Jesucristo mi Señor y mi Dios.

Dios en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por medio de acontecimientos y palabras se revela así mismo y el designio de benevolencia que él mismo ha preestablecido desde la eternidad en Cristo en favor de los hombres. Este designio consiste en hacer partícipes de la Vida divina a todos los hombres , mediante la gracia del Espíritu Santo, para hacer de ellos hijos adoptivos en su Hijo Unigénito (Cat. De la I.C.nº 6).

La fe es necesaria para la salvación. El Señor mismo lo afirma: «El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea, se condenará» ( Mc 16.16). Santo Tomás de Aquino afirma que la fe es un gusto anticipado del conocimiento que nos hará bienaventurados en la vida futura. La fe es un don sobrenatural de Dios.

-Señor, creo en Ti, pero aumenta mi fe.