Plenamente justificada era la preocupación que había en su momento de cara al inicio de la temporada turística, sin embargo parece que no exista el mismo grado de preocupación por lo que en la primera fase de la pandemia fue el mayor quebradero de cabeza de todos y que desafortunadamente, aunque en menor grado, podría estar resurgiendo estas ultimas semanas y me refiero a la repercusión que el maldito virus tuvo y tiene sobre las personas de mayor edad.

Hay que recordar que durante los primeros meses del estado de alarma, la mayoría de los brotes aparecían en las residencias de mayores y por ende en esos lugares era donde se contabilizaron el mayor numero de victimas por coronavirus. También cabe que recordar que acertadamente desde mi punto de vista, fueron los mayores de 80 años, el personal de esas residencias que les atendían y todo el personal sanitario, los primeros a los que se propuso vacunar.

Pues tristemente y aunque a menor escala, parece que últimamente estén volviendo a aparecer algunos brotes en las residencian en las que residen nuestros mayores y se están detectando nuevos casos positivos entre los residentes y la plantilla de trabajadores que les cuidan y les atienden. Esa es una realidad, aunque creo que hay que hacer una clara distinción entre estos dos grupos, ya que si bien la practica totalidad de los residentes están vacunados, no ocurre lo mismo con el personal de esas residencias. Se da el caso que en alguna de ellas hay más trabajadores afectados por covid que mayores residentes.

A día de hoy sigue habiendo al menos un diez por ciento del personal de las residencias que esta sin vacunar ya que se niegan radicalmente a hacerlo y no deja de ser un riesgo que ese diez por ciento de trabajadores que cuidan de nuestros mayores sean negacionistas y no esté pasando nada.

No deberíamos olvidar que en el pasado més de mayo se propuso en nuestra Comunidad Autónoma la modificación de la Ley de Salud Publica con el objetivo de que la vacunación fuera obligatoria para todo el personal sociosanitario y sanitario; modificación de la que por cierto no se ha vuelto a hablar y que sigue pendiente de la aceptación por parte del Govern Balear. Mientras y al hilo de los nuevos brotes que surgen en nuestras residenciás desde el ejecutivo balear se ha decidido establecer un mínimo de tres pruebas semanales, de las que dos deberán ser PCR para ese colectivo de trabajadores sin vacunar, cosa que no es más que un parche para no coger el toro por los cuernos. Estas pruebas serán sufragadas por cierto por la Conselleria del Govern a la que pertenece ese personal que diariamente pone en peligro a nuestros mayores.

Estamos ante una evidente falta de valentía y decisión política que resulta contradictoria con alguna decisión adoptada hace algo más de un mes. Creo recordar que fue en el mes de junio que una decisión tomada por el Govern fue portada de todos los periódicos y abría todos los informativos y no fue otra que el cese fulminante del director de la Oficina de la Infancia por negarse a ser vacunado. El argumento que se planteo en ese momento para justificar el cese fue que la decisión del mencionado director era contraria a los criterios sanitarios que se promueven desde el Govern y visto así el cese estaría justificado; ahora bien ¿donde quedan ahora esos criterios?, ¿por que en base a ellos no se ha aprobado la obligación de que todo el personal sanitario y sociosanitario se vacune?

No parece muy coherente la postura que se está tomando en lo que se refiere a garantizar la salud de los mayores de las residencias ya que supone un mayor riesgo social del que suponía un director de una oficina del Govern en su puesto. Si la negativa de un director le incapacita para ocupar un cargo de confianza en el ejecutivo balear, cosa con la que estoy de acuerdo, con más motivo debería incapacitar a aquellos que cuidan de nuestros mayores y que voluntariamente siguen sin vacunar.

Exactamente lo mismo cabe decir de todo el personal sanitario de nuestros centros de salud y nuestros hospitales, ninguno debería seguir atendiendo a pacientes sin la vacuna. No debemos olvidar en ningún momento que lo único que hará que se supere la pandemia es la vacuna y como prueba más que evidente de ello basta ver las cifras de fallecidos y de enfermos graves que había antes de la vacuna y comparalas con las cifras actuales. Los negacionistas no son más que un grave peligro social.