Amadeo Salvo posa en el estadio de Can Misses. | Marcelo Sastre - Archivo

Una frase que se ha repetido de forma constante durante muchos años es que «el fútbol es así», como si haya que mirar hacia otro lado con la forma de actuar de dirigentes, sobre todo, y de ciertos futbolistas. En Ibiza se está viviendo una particular guerra entre el primer club de la isla, ahora en Segunda División, y el Grupo Prensa Pitiusa. Sin conocer muy a fondo el conflicto parece que el presidente del UD Ibiza, Amadeo Salvo, empezó prohibiendo a sus jugadores que hablasen con los medios del Grupo y, más recientemente, ha amenazado a otro club con retirarle el patrocinio si mantenía relaciones con Grupo Prensa Pitiusa.

No soy nadie para dar consejos a Salvo, pero este tipo de batallas, no solo perjudican al club, sino especialmente a sus socios, muchos de ellos lectores de Periódico de Ibiza y Formentera y espectadores de TEF, que con la actuación del directivo ven mermada su derecho a la información. Lamento profundamente que este veto no haya sido objeto de algún apoyo de asociaciones y sindicatos tan vehementes cuando se ataca a otros medios de comunicación, pero tampoco me extraña.

También me sorprende que aquellos políticos de la isla que utilizan sus redes para solidarizarse con raperos condenados a prisión por amenazas e injurias consideren de lo más normal que un medio de comunicación sea vetado en pleno siglo XXI y no tengan el mínimo gesto de respaldo. Afortunadamente el tiempo y los electores pondrán a cada uno de estos políticos en su lugar, pero en los tiempos que corren resulta inadmisible que haya vetos y amenazas por no seguir la línea oficial de un club de fútbol y que ningún político se escandalice por ello. Pero como suelen decir, el fútbol es así. Una pena.