A un absurdo no pero sí, es a lo que suena la ultima y polémica decisión judicial en relación a la petición de nuestro ejecutivo autonómico en la lucha que toda la sociedad mantiene contra la pandemia, que casi un año y medio después nos sigue azotando a todos y frente a la cual resulta imprescindible tomar decisiones de carácter extraordinario.

La imagen mediante la que se viene representando a la justicia, tiene su origen en las mitologías griega y romana, siendo la misma la de una diosa esgrimiendo una espada en su mano derecha, una balanza en su mano izquierda y con una venda sobre sus ojos. Cada una de estos atributos se enmarca en lo que debe ser la base de las decisiones que se toman por parte de la misma y que han de ser la fuerza, la igualdad y la imparcialidad; sin embargo parece que alguno de estos preceptos está últimamente bastante alejado de la realidad.

Desde el punto de vista de alguien que sin ser un profesional de este mundo jurídico analiza la última decisión de nuestro Tribunal Superior de Justicia (TSJB), da la sensación de que la base de cualquier democracia, como es la separación de poderes, acaba en algunos casos en un aislamiento más que en una separación. El rechazo de la justicia a la petición de aprobar la propuesta de solicitar el certificado covid para asistir a determinados eventos multitudinarios o acceder a ciertos lugares públicos muy concurridos, hace que uno tenga la tentación de alterar el significado de la venda sobre los ojos de la diosa que representa a la justicia.

Más que signo de imparcialidad, suena a un cierto grado de ceguera al no querer ver la realidad pandémica que nos azota y la necesidad de adaptar las decisiones que se toman por parte de cada uno de los poderes de la democracia a la realidad a la que todos estamos sometidos invariablemente.

Ocasionalmente da la sensación de que a la justicia no le afecta para nada la preocupante expansión de los contagios covid y que toma las decisiones encerrada en una burbuja que la aísla del sacrificio diario al que se ve sometida nuestra sociedad.

No parece que a la justicia le afecte en lo más mínimo el negativo resultado de alguna otra decisión tomada recientemente, como fue la de declarar ilegal el confinamiento de varias decenas de estudiantes en un hotel de Mallorca, levantando con ello la obligación de cumplir cuarentena a todos los estudiantes que a pesar de ser contactos directos de algún positivo en covid hubieran dado negativo en un control realizado. La mayoría de ellos a los pocos días de su regreso a sus domicilios familiares pasaron a dar positivo en los nuevos controles, con lo que siguieron expandiendo el virus en sus entornos.

Ahora ocurre algo parecido y el rechazo a la solicitud del Govern de poder exigir la presentación del certificado covid en determinadas situaciones, parece que se aparta de nuevo del interés general y de la intención de preservar a la mayoría de un posible contagio. El TSJB entiende desproporcionada la medida y considera poco concretos los argumentos esgrimidos que la justificarían. El citado tribunal sigue priorizando determinados derechos individuales sobre el derecho colectivo a la salud.

Ciertas decisiones están muy lejos de ayudar a acabar cuanto antes con la pandemia y dan la espalda a medidas que sin duda servirían para incentivar la vacunación de muchos de los negacionistas que siguen oponiéndose a que se les administre el único remedio realmente útil para acabar con la expansión vírica y que por tanto siguen poniendo en peligro a la mayoría.

Tampoco parece que se tenga en cuenta que una medida como la solicitada permitiría garantizar el funcionamiento de ciertos comercios y actividades ya que si bien es cierto que el estar vacunado no garantiza que no se vaya a poder transmitir el virus, una efectividad cercana al noventa por ciento de la vacuna minimiza claramente el riesgo colectivo.
¿Como estaríamos hoy si en el ya tristemente famoso concierto autorizado en la plaza de toros de Palma, se hubiera podido aplicar la medida de solicitar el certificado covid para acceder al mismo? Sin duda cabe una profunda reflexión por parte de todos, o vamos todos a una o la salida de la crisis se complica.