El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles,este martes en el desfile por el Día de la Fiesta Nacional. | Eduardo Parra - Europa Press

De un tiempo a aquí el 12 de octubre se ha convertido en un barrizal, un día ‘festivo’ en el que afloran filias y fobias; las dos Españas de Antonio Machado. Los abucheos y pitos al presidente de turno y la guerra cainita en redes sociales ya son tradición. La bandera y la cabra de la legión son motivo de exaltación o carne de meme en una jornada en la que también abundan las tesis de revisionismo sobre la celebración del Día de la Hispanidad, día en que se conmemora el descubrimiento de América.

En el contenedor de ponzoña que suele ser Twitter también hay piulades brillantes como la firmada por Arturo Pérez Reverte: «La verdad es que conquistar medio mundo en el siglo XVI con un puñado de fulanos bajitos, analfabetos, broncos, sanguinarios y muertos de hambre puede no ser la más delicada acción moral de la historia; pero en términos de historia mundial objetiva es una hazaña brillante». Era lo que había en la época y analizarlo con ojos del siglo XXI puede resultar un tanto delirante. Luego está la estela con tono morado dejada por uno de los CASA C-101 Aviojet de la Patrulla Águila. La rojigualda tornó en tricolor republicana. Desde el Ejército del Aire salieron al paso alegando un mal funcionamiento del sistema generador de humo que llevan acoplados las aeronaves conocidas como ‘culopollos’. Buen pollo montaron.

Y tras el sarao llegó Guerra, Alfonso, con su fino análisis sobre el estado de la nación, los abucheos a Sánchez y la cabra. «Hay personas que abuchean a un presidente del Gobierno y aplauden a una cabra; cada uno elige quién le representa mejor». Humor inteligente como el que desprendía mi padre hasta que un 12 de octubre se le paró el corazón. Nueve años ya de frío en el corazón. Como dijo Machado: «españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón».