Juana Rivas declara en el juicio por la presunta sustracción de sus hijos. | EUROPA PRESS - Archivo

Perteneciente o relativo a una parte del todo. Esta es la primera entrada del término parcial en el diccionario de la Real Academia de la Lengua. Esta acepción ya implica un sesgo. Y las cinco siguientes son todavía más esclarecedoras. «No cabal o completo». «Que juzga o procede con parcialidad, o que la incluye o denota». «Que sigue el partido de alguien, o está siempre de su parte». «Partícipe». Y «examen que el alumno hace de una parte de la asignatura». Parciales como el indulto a Juana Rivas. El Gobierno nos quiere parciales ... y borregos.

En las últimas 48 horas el Ejecutivo ha tomado dos decisiones que son un torpedo en la línea de flotación de la Justicia y de la Educación. Tras meses, años, cebando un relato sesgado del caso de Juana Rivas, el Consejo de Ministros ha aprobado un indulto parcial que responde puramente a una motivación política, ideológica. Parcial porque deja en un año y tres meses los dos años y medio de cárcel que le impuso el Supremo. Y parcial porque toma partido por Juana Rivas, a pesar de que fue condenada por sustracción de menores al llevarse a sus hijos cuando estaban con su padre en Cerdeña, una acción en la que mucho tuvo que ver las alas dadas en su día por políticos que hoy toman asiento en el Consejo de Ministros. Cierto que en 2009 la expareja de Rivas aceptó una condena de tres meses por malos tratos. Pero también es cierto que la pareja siguió conviviendo hasta 2016, año en el que Rivas llevó a cabo el secuestro por el que fue condenada. La causa política la llevó al extremo Irene Montero, que ha convertido a Juana Rivas en la bandera de la lucha contra «un sistema judicial machista».

El Gobierno también quiere unas futuras generaciones plegadas al aborregamiento. De otra manera no se explica la aprobación de una Ley que permitirá graduarse a los alumnos sin tener todas las asignaturas aprobadas. ¡Toda una apuesta por la excelencia y la cultura del esfuerzo!