En este primer día del nuevo año, nuestra mirada se dirige a la Madre del Señor. Por ella nos vino la salvación en su hijo, nuestro Señor Jesucristo. Toda hermosa eres María, concebida sin pecado original. El Evangelio nos presenta a María su exquisita delicadeza, la grandeza y hermosura del alma de Sta. María. Hoy también celebramos la Jornada a favor de la paz. Pedimos al Príncipe de la Paz, nos conceda para toda la humanidad, paz con Dios, con nuestras familias y en todas las familias. La Paz que es fruto de la justicia y del amor. Es San Bernardo Abad, el que dice: Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón. San Bernardo sigue hablando de la Estrella del mar. Si se levantasen vientos de tentaciones, si tropezases con escollos de tribulaciones; mira a la estrella, invoca a María.

Si te ves sacudido por las olas de la soberbia, de la distracción, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella invoca a María. Si la ira, la avaricia, el deleite carnal sacudieran con furia tu alma, vuelve los ojos a María. Si turbado, ante el recuerdo de tus enormes pecados o aturdido ante el pensar en el juicio, comienzas a sumergirte en la sima sin fondo de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las cosas dudosas piensa en María invoca a María. Que no se aparte de tu corazón, y a fin de obtener sufragios de su intercesión no apartes de tu corazón los ejemplos de tu vida. Si recurres a ella no te desesperarás, si en ella piensas no te perderás, si ella te sujeta de la mano no caerás, si ella te ampara nada tendrás que temer. Si te dejas llevar por ella no te fatigarás, y llegarás felizmente al puerto. Así experimentarás en ti mismo, con cuanta razón se dijo: ….. «Y el nombre era Maria»

Las palabras del Abad de Claravall, devotísimo de la Virgen María es una esperanza segura par todos los que con fe, invocan a María.