Francina Armengol y Pedro Sánchez tratan las negociaciones entre el Govern y el Estado para incluir el factor de insularidad en los PGE de 2022 | CAIB

Aunque el Día de los Inocentes ya ha pasado la presidenta Francina Armengol ha anunciado que pedirá al Gobierno que le perdone 4.000 millones correspondientes a préstamos concedidos por el Estado ante la imposibilidad de autofinanciarse con el dinero que recibe cada año entre impuestos propios y cedidos. Así se ha llegado a la suma de 9.000 millones de deuda mientras Armengol reitera que hay muchas necesidades en Balears y evidentemente necesita más dinero.

Perdonen la osadía, pero sorprende que una presidenta que ha contratado a 5.000 nuevos funcionarios durante su mandato pueda hablar de infrafinanciación en lugar de mirar cómo equilibrar gastos e ingresos y evitar con su política de despilfarro hipotecar el Govern por los siglos de los siglos. Una presidenta que financia con más de medio millón de euros un concierto de una cadena de radio amiga no puede quejarse de la falta de dinero.

Desde la experiencia por haber trabajado unos años en la administración y haber cobrado dinero público creo sinceramente que hay mucho margen de maniobra para recortar gastos. No hablo de sanidad ni educación, pero sí de reducir al mínimo la estructura política actual, que se ha desbordado en los últimos años, además de revisar los gastos corrientes y evitar inversiones innecesarias que no aportan ningún valor a la economía balear.

Armengol ya sabe perfectamente que Sánchez no le va a perdonar 4.000 millones, pero en el fondo intenta hacer creer a los ciudadanos que tiene poco dinero público para gestionar el Govern cuando ha sido la presidenta que más presupuesto ha manejado. Cuando Armengol pide más dinero público recuerden que durante la pandemia ni los políticos ni los funcionarios perdieron ni un solo euro en sus nóminas mientras la sociedad, mayoritariamente, estaba en casa en ERTE con los menos de 1.000 euros de paga. Si al menos gestionase bien el dinero público del que dispone, pero tampoco es el caso.