Resultado de un test. | Pixabay

Muchos ciudadanos pitiusos, igual que el resto de españoles, han pasado unas extrañas fiestas navideñas, marcadas por segundo año consecutivo por la pandemia de coronavirus. La diferencia de este año respecto a las Navidades de 2020 es que ómicron ha irrumpido con fuerza en nuestras vidas, adelantando la sexta ola y provocando una auténtica explosión de contagios en todo el país, incluidas Ibiza y Formentera. En estas dos semanas ha sido casi imposible conseguir un test de antígenos en las farmacias pitiusas, tanto para quienes presentaban síntomas como para quienes habían sido contacto estrecho de una persona positiva. Igual de imposible ha sido contactar con Infocovid para notificar un positivo en antígenos de farmacia que, posteriormente, debía ser confirmado mediante PCR en Can Misses. Pero no sólo los contagiados de covid lo han tenido difícil en estas fechas sino también sus contactos estrechos, que han visto cómo los días pasaban sin que nadie del equipo de rastreadores les llamara para hacerse una PCR. Afortunados quienes han conseguido algunos antígenos para irse testando día sí y día no (como ha sido mi caso) y confirmar que no había riesgo de ir contagiando a nadie. A esto se suma que la página de ‘autorastreo’ que ha puesto en marcha el Govern ha empezado a funcionar una semana después en las Pitiusas que en Mallorca. Y al recibir la persona positiva la llamada del médico, el facultativo confirma que si el contacto estrecho no tiene síntomas, no se le hace la PCR porque, literalmente, van saturados. Que el contacto estrecho se vaya testando de vez en cuando con antígenos. ¿Conclusión? Han sido dos semanas, y seguirán siendo las próximas a buen seguro, de ‘sálvese quien pueda’ y de apelar a la conciencia y responsabilidad ciudadana (y, por supuesto, también a su bolsillo para pagar antígenos y PCR privadas) porque la gestión de nuestros políticos en la sanidad pública está siendo nefasta en esta sexta ola. Bueno, ya lo era antes también.