A la izquierda, el presidente de Pimem, Jordi Mora, en una rueda de prensa. | Pere Bota

Las patronales de Balears no viven su mejor momento y lo han vuelto a demostrar durante los últimos días. Son capaces de decir una cosa un día y rectificar tres días después, una situación que se produce siempre a la hora de valorar temas relacionados con el Govern. El último caso lo tenemos con la futura ley turística que no conocen ni los socios de Armengol y Negueruela.

A pesar del total desconocimiento sobre el texto articulado, el presidente de la patronal PIMEM, que siempre está ahí para ayudar a la presidenta balear y a su conseller de Turismo, dijo: «La nueva catalogación hotelera es positiva y apoyamos que se hagan cambios para transformar el modelo turístico en la línea de proteger el medio ambiente y fomentar el producto local». Tiene mérito la postura de Jordi Mora porque nadie pudo leer una sola línea de esta ley presentada a bombo y platillo en Fitur, pero el presidente de PIMEM es como esos miembros de las cuadrillas de toreros que siempre está pendiente de que el ‘maestro’ no pase ningún apuro durante la faena.

He seguido atentamente la postura en Twitter de la patronal hotelera para analizar su postura sobre la aún inexistente ley turística y realmente no tiene nada que envidiar a la cuenta del propio Govern. Los dirigentes hoteleros se limitaron a decir en Fitur, muy pendientes del photocall como en todos los actos en los que coinciden con Armengol y Negueruela, que necesitaban tiempo para aplicar la ley, algo que ya debe prever la propia normativa. Es comprensible que con tantos aplausos al Govern resultaba muy complicado escuchar los detalles de la nueva ley.

Después de la euforia inicial en Fitur ante la nueva ley turística pionera y revolucionaria, Ultima Hora destacó con sorpresa que no existía tal ley, ni siquiera un simple borrador. También algunos hoteleros independientes se preguntaban en las redes sociales si era lógico valorar un texto que nadie conocía. Y a partir de ahí surge una nueva versión de la patronal.

Sorprendentemente las patronales decidieron criticar la «falta de información del Govern sobre la nueva ley turística», algo que hubiesen podido decir el día 17 cuando se esbozó el proyecto legislativo en el Museo Reina Sofía, pero ya sabemos que en aquel momento era más prioritaria la foto que tener una ley.

Entre algunas declaraciones de la patronal conviene destacar las formuladas por Jordi Mora, de PIMEM, el que valoraba muy positivamente unos días antes una ley que no conocía ni el título. En sus últimas declaraciones, Mora ha dicho: «Una ley turística no se hace en una semanas y se necesita, más con una ley de estas características, el diálogo y tiempo suficiente para su negociación con los agentes económicos». Sería una anécdota si Mora no representase a miles de pequeños y medianos comerciantes, pero no hay que descartar que vuelva a cambiar de opinión en el próximo photocall organizado por el Govern.

Este esperpento vivido con la futura ley turística demuestra una vez más el problema grave que vive esta Comunitat. Desde hace tiempo las principales patronales se han convertido en simples palmeros en todos aquellos actos que organiza el Govern. La crítica constructiva (tampoco hay que criticar por criticar) ha desaparecido sin que se conozcan muy bien los motivos y ante el silencio de los propios asociados. Tiene realmente mucho mérito que aún paguen las cuotas. Mientras tanto, sigan aplaudiendo.