Caridad es amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo por amor a Dios. | Pixabay

Entre las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad, el amor. Caridad es amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo por amor a Dios. Si uno ama a Dios por haber recibido varios beneficios, esto no es amor, es gratitud. Si espera sacar provecho del beneficio que importa poder recibir bienes temporales, esto no es caridad, es egoísmo. Caridad es ver a Jesucristo en la persona del enfermo, del pobre, del necesitado. Caridad heroica es exponer la propia vida para salvar la vida a otra persona. Caridad. Caridad en acción es lo que hacía Santa Juana Chantal. Dicha santa besaba las llagas de un enfermo afirmando que besaba las llagas de Cristo. Caridad no significa dar unas monedas al que te las pide. Caridad es acoger, tratar, ser sensibles, comprensivos y manifestar cariño y ternura al que sabemos lo necesita. Un auténtico señor le decía a una persona que le pedía: «Lo siento, hermano, no llevo dinero». El pobre le contestó: «Ya me ha dado bastante llamándome hermano».

De San Vicente de Paul se decía que había vendido el libro de los santos Evangelios, afirmando que era preferible practicar el Evangelio antes de saberlo de memoria. Cierta persona no quiso ayudar a una persona necesitada diciendo que él no era Jesucristo. No se daba cuenta que, si era verdad que no era Jesucristo, era un cristiano.

Por los frutos de buenas obras conoceremos, si somos de verdad, cristianos. «¡Mirad cómo se aman!», decían de los primeros cristianos. Los cristianos del siglo XXI. ¿Nos amamos con obras y de verdad?

En esto conocerán que sois mis discípulos, dice Jesús, en el amor que os tengáis unos a otros.