No cabe duda que hay momentos más proclives que otros al diálogo y la participación colectiva y entre los que despiertan el sentimiento de unión y colaboración está el ver de cerca las nefastas consecuencias de un conflicto bélico casi a las puertas de casa. La mayoría de colectivos cívicos, administraciones, personajes famosos, empresas y ciudadanos de a pie sienten la necesidad de aportar un grano de arena a paliar el sufrimiento del pueblo ucraniano ante las atrocidades que está cometiendo el ejercito ruso de Putin.

Podría parecer que la guerra todavía esta lejos de nuestro país, pero ni esto es así en este caso, ni por más lejos que pudiera estar el escenario del conflicto supondría que no nos vayamos a ver de alguna manera salpicados por el desenlace de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas.

Ante la férrea voluntad de los países de Occidente de evitar a toda costa un enfrentamiento armado con el ejército de Putin, las medidas que se están tomando para tratar de disuadir al mandatario ruso de que debe acabar con la invasión criminal del país vecino son básicamente de carácter económico. Podría parecer que todas las medidas de este tipo que se están aplicando a Rusia solo iban a tener consecuencias graves para la potencia invasora; ahora bien, ya se está empezando a ver como las propuestas de castigo a Putin, también pasan factura a Occidente.

Si todo ello lo extrapolamos a nuestras Illes Balears veremos que ya se están dejando notar también aquí esas consecuencias negativas. Lo más destacable es el encarecimiento del petróleo y todos sus derivados y ello está provocando serios problemas a todos aquellos cuya actividad gira necesariamente en torno al consumo de combustibles, cuyo precio se ha puesto ya por las nubes. Por lo tanto, teniendo claro que las consecuencias más dramáticas del conflicto bélico las está sufriendo el pueblo ucraniano, no cabe duda que efectivamente ello ya nos está salpicando.

Para tratar de hacer frente a los diversos problemas que el conflicto en cuestión pueda provocar, parece acertada la idea de reunir a los máximos representantes de las instituciones insulares con el Govern para que todos puedan aportar propuestas para hacer frente a las problemáticas que se ciernen sobre cada una de nuestras islas y es más que probable que de este tipo de reuniones salgan adelante diversas ideas o propuestas.

Y es precisamente ante esta muestra de voluntad de todas las partes, independientemente del color político de cada uno, para hacer frente a la situación conflictiva que provoca una guerra, que cabe preguntarse que, ¿Por qué no puede existir la misma buena voluntad de las partes para sentarse a resolver conflictos propios y muchos de ellos enquistados?

¿Cual es la realidad que nos rodea? La realidad es que es eterno el enfrentamiento entre partidos a la hora de afrontar situaciones de conflicto que afectan a Eivissa y Formentera y, sin ir más lejos, baste recordar lo que viene ocurriendo con el problema de la vivienda que aquí sufrimos más que nadie, la burla anual a las Pitiusas en materia de transporte público por carretera, el descaro permanente del Ejecutivo balear a la hora de plantear seriamente el traspaso integral de la gestión del agua a los consells o los innumerables problemas de todo tipo a la hora de acabar con los trabajos necesarios para poner en marcha una nueva depuradora en la isla.

Deseable sería que el espíritu que parece impregnar a todos los representantes políticos locales, insulares y autonómicos a la hora de trabajar para resolver situaciones como las provocadas por el enfrentamiento bélico y que evidentemente es más que necesario, se pudiera trasladar también a la hora de afrontar problemas que sufrimos en Eivissa y Formentera y que parece que importen muy poco en la capital balear.

Hay problemas que ya son de estado, que independientemente de quien gobierne en Palma siguen sin atenderse debidamente y por lo tanto sin resolverse y lo que todavía es mucho peor, que se sigue sin vislumbrar la más mínima intención de afrontarlos y solucionarlos de una vez por todas.

Pongamos todos sin excepción la buena voluntad a trabajar de forma permanente en beneficio de la sociedad de nuestras islas.