Un niño, frente a la pantalla de un móvil. | Pixabay

Hace unos días en una sesión de Escuela de Familias una madre de adolescente me explicaba que su hija sentía ansiedad, cambiaba el comportamiento, irascibilidad, apatía, etc. cuando estaba sin usar el móvil. Comentaba que habían llegado a un acuerdo de tiempo sin pantallas pero que ese intervalo libre de tecnología se estaba convirtiendo en un espacio de tensión y conflicto. Prácticamente la totalidad de familias de la formación empatizaban con lo que esta madre expresaba.

En otro espacio diferente una madre argumentaba que para calmar a su bebé de 4 meses había optado por dejarle el móvil, dado que había intentado cogerle en brazos, cantarle e incluso sacarle a pasear pero no se calmaba tanto como cuando le ofrece la pantalla.

En consulta un padre me comentaba confuso que habían diagnosticado a su hijo de trastorno por déficit de atención pero que no estaba muy de acuerdo, dado que el chico podía estar jugando varias horas con la PlayStation muy concentrado y atento a la partida.

En un restaurante escuchaba como una mujer le pedía, intuyo su pareja, el móvil con la explicación «si no le dejamos el teléfono al niño será imposible que coma y nos deje comer a nosotros». Pasados unos minutos, el niño mientras interactuaba con la pantalla, abría la boca sin ninguna protesta para que su madre le introdujese los alimentos.

Una alumna contaba que utilizaba videos de youtube para comprender y aprender matemáticas, que se enteraba más a través de la pantalla que con las explicaciones de su profesor, dado que en clase le costaba más prestar atención y se concentraba menos.

Una familia preocupada me explicaba que no sabía que actividades ofrecer a su hija para que dejara el móvil, cualquier cosa que le ofrecían le motivaba menos que pasar la tarde interactuando con la pantalla, incluso con cosas que antes le gustaban mucho.

Varios adultos, en diferentes , coinciden contando que en ocasiones siente que su móvil vibra en el bolsillo o el bolso y cuando lo cogen para consultarlo resulta que no tienen ninguna notificación.

Podría continuar poniendo muchísimos ejemplos donde la tecnología transforma, altera o modifica los comportamientos, la conducta y el funcionamiento de las personas. ¿Puede ser que los menores sean más sensibles a la tecnología?, ¿has parado a pensar que tiene la tecnología para que nos suceda esto? si no lo has hecho aún, es tiempo de reflexión.
ivancastroconsulta@gmail.com