Apenas hemos cruzado el ecuador de junio, la temporada todavía se despereza y los casos de violencia contra la mujer ya se cuentan por decenas con episodios cada vez más graves y sangrantes.

Tres de ellos ocurrieron en poco más de 72 horas. El pasado jueves, en Sant Josep, la Guardia Civil detenía a dos jóvenes alemanes acusados de haber violado a una chica de 18 años en una villa. El caso fue revelado en exclusiva por Periódico de Ibiza y Formentera y tuvo una gran repercusión nacional e internacional ya que uno de sus funestos «protagonistas» era Atakan Karazor, reconocido futbolista del Sttugart alemán. La juez de guardia ordenó el ingreso en prisión de Karazor y del amigo con el que presuntamente cometió la agresión sexual. Horas después de estas detenciones la Guardia Civil tuvo que acudir a una propiedad de Cap Negret donde un hombre había agredido a una mujer. El sujeto, un joven británico, recibió a los agentes con amenazas y escapó blandiendo un cuchillo y empujando a uno de los guardias. Suma y sigue. Y la deriva de violencia contra la mujer sumó un nuevo episodio 24 horas después. El escenario: el aeropuerto de Ibiza. La pareja acababa de aterrizar en la isla y minutos después el hombre ya estaba detenido tras golpear a su pareja en la cabeza con una botella.

Desgraciadamente, los episodios se suman día tras día. Algunos, la mayoría, en el interior de una casa, sin testigos. Pero también abundan las agresiones con luz y taquígrafos, en la vía pública o en lugares a la vista de todos como el caso del energúmeno que propinó una sucesión de golpes a su pareja en la terraza del hotel donde se alojaban en Platja d’en Bossa. Violencia extrema contra las mujeres perpetrada por cobardes.