Los entendidos hace mucho nos advierten que vivimos sumergidos en aplicaciones. | Pixabay

Parece que aún no existe una aplicación para móviles que en lugar de cubrir de insultos al personaje detestado, envíe directamente a su móvil una fuerte descarga eléctrica que lo deje turulato. A modo de aviso, no para matarlo por el momento, sólo para que tome nota de que hemos tomado nota de su intolerable proceder. Esta adictiva aplicación (app) podría llamarse JDI, siglas de celebérrimo eslogan de Nike ‘Just do it’, que viene a significar «déjate de remilgos y hazlo ya de una vez». La app que exige el mercado y facilitaría mucho la comunicación, por lo que si todavía no existe (no estoy seguro), existirá tan pronto se desarrollen un poco los algoritmos y la inteligencia artificial. Y no me digan que esta utilísima aplicación, que tanto fomentaría la libertad de expresión y la democracia, acaso pudiera ser ilegal. Porque cuándo a las grandes compañías tecnológicas les ha importado un bledo la legalidad. Si se puede hacer y contribuye a incrementar el número de usuarios, pues se hace y punto. Hasta me atrevo a pronosticar un histórico crecimiento bursátil, que multiplicará por diez, o por mil, el valor de la empresa sin complejos que lance la aplicación JDI. Fusionando así lo digital con lo real, de modo que cuando ardan las redes, ardan de verdad. Incluso podría haber una versión más dura (y cara) para colectivos agresivos y necesitados de mayor libertad de expresión, que a fin de distinguirse del original podría llamarse ‘Sabemos lo que hiciste’ (SQH). No hay que asustarse. Estamos hablando de progreso, tecnología y comunicación. Todo cosas buenas. Los entendidos hace mucho nos advierten que vivimos sumergidos en aplicaciones, algoritmos y plataformas estresantes y como además son adictivas, dicho estrés es pandémico. Un poco más ni se notaría. Formaría parte del desarrollo de las herramientas inteligentes. Y sin duda, pasar del dicho al hecho y lanzar descargas eléctricas a los enemigos (enemigos del pueblo), relajaría el estrés de las redes. Las nuevas aplicaciones de seguridad para no achicharrarse al coger el móvil, como las que protegen la privacidad, si bien no servirán de mucho, elevarán el volumen de negocio. Es cuestión de tiempo.