Ala respetable edad de 88 años y tras aparecer en casi 200 películas, el actor británico Sir Michael Caine, joya de la cinematografía y famoso por su acento de los bajos fondos londinenses, no sólo está venturosamente retirado sino que para demostrarlo se hizo escritor, que es un trabajo más fácil, y ya subastó para alegría de cinéfilos y coleccionistas centenares de objetos personales, incluidas sus míticas gafas (¡las gafas de Michael Caine!), pues de todos es conocido que este prolífico actor tenía dos técnicas de interpretación. Con o sin gafas. Votante del ‘Brexit’ como buen británico, ganador de dos Oscar, Caine se inició en el cine haciendo de seductor algo canalla (naturalmente) en Alfie, un papel para el que hay que nacer así, con mucho talento queremos decir. Luego interpretó de todo durante sesenta años, incluida la obra maestra El hombre que pudo reinar con su colega escocés Sean Connery, menuda pareja. Y si bien terminó siendo el mayordomo de Batman, y probablemente como tal es conocido en estos tiempos de Netflix, la verdad es que también le salió un mayordomo muy seductor. Bastante más que cualquier caballero oscuro. Ingleses atractivos nunca hubo muchos, son cosas opuestas, y si alguno hubo no lo hay, por lo que bien podemos decir que Michael Caine, estrella cinematográfica procedente de los bajos fondos, es el último seductor inglés vivo. Razón por la cual fue nombrado caballero por la Reina (por la cara), y nosotros le homenajeamos hoy. El arte interpretativo consiste en poner caras, y en eso el talento de Caine salta a la vista. Hasta Woody Allen le buscó para Hanna y sus hermanas. Porque miente como nadie, la clave de la seducción. Y aunque esté retirado, se haya hecho novelista y subastado sus pertenencias, asegura que de ningún modo está retirado. Pues eso.