La guerra de los medios en ibiza: Goliat contra David

Los que trabajamos en medios de comunicación desde hace un tiempo sabemos lo difícil que es conseguir el respeto de los lectores y lo tremendamente fácil que es perderlo de la noche a la mañana.

También aprendemos que los éxitos son tan efímeros como el tiempo que tarda en saltar la siguiente noticia y que los errores que te empujan a ocultarte avergonzado debajo de las sábanas se olvidan (casi siempre) con la siguiente portada.    «Periódico de Ibiza no es competencia para nosotros, sois un panfleto», esto me lo dijo a mí a la cara un responsable de Diario de Ibiza hace unos años y, si bien es verdad que en un principio Periódico de Ibiza y Formentera ni soñaba en hacerle una párvula sombra a Diario de Ibiza, muy pronto nos empezamos a mirar cara a cara con el decano de la prensa de Ibiza y Formentera gracias al esfuerzo y dedicación de los profesionales que aquí trabajan. Y no hay duda de que actualmente somos su principal y único competidor. Nunca se me ocurriría desprestigiar ni menospreciar a Diario de Ibiza. Toda la competencia es sana y necesaria y, en muchas ocasiones, un espejo donde mirarse para ver nuestros propios errores. Pero veo con tristeza que en estos últimos años Diario de Ibiza, o mejor dicho, alguno de sus directivos, no han sabido digerir la nueva realidad mediática de las Pitiusas tras el nacimiento de Periódico de Ibiza y Formentera, hasta un punto casi obsesivo, incluso diría yo que pareciera una suerte de enloquecimiento. No se explica sino que un medio de comunicación implantado socialmente, respetado y con aceptable rigor empiece a perder la compostura derivando peligrosamente hacia una decadente caricatura de sí mismo. Es complicado pasar de ser el líder supremo y absoluto de la prensa pitiusa a tener un competidor que en poco más de 7 años le ha pisado los talones. Pero de ahí a manipular informaciones para desprestigiarnos hay una tirada larga que Diario de Ibiza no ha tenido ningún problema en traspasar, de hecho algunos de sus directivos han sobrepasado algunas líneas en su obsesión por hundir a la competencia que podrían ser constitutivas de algún delito, que, como dijeron ellos en su día, no me corresponde a mí denunciar, sino explicar.

Diario de Ibiza hacía suyo un comunicado del PSOE-Reinicia de Sant Antoni y publicaba el 11 de agosto unas informaciones del todo sesgadas, manipuladas y erróneas sobre el reparto de publicidad institucional que el Ayuntamiento de Sant Antoni realiza a los medios de comunicación de esta isla y en las que cargaba directamente contra el alcalde Marcos Serra y contra los medios del Grupo Prensa Pitiusa (Periódico de Ibiza, TEF e Ibiza Global Radio). Y en una maniobra completamente intencionada para confundir a los lectores, mezclaban datos de difusión de diarios impresos, con audiencias de medios de comunicación audiovisuales; informaciones, con programas de televisión; publicidad, con producciones audiovisuales…, un auténtico despropósito.    No voy a desgranar párrafo a párrafo la información de Diario porque sería tan aburrido como la noticia que publicaron y no interesa a nadie nada más que a ellos, pero sí me veo en la obligación de aclarar dos puntos importantes. Los datos que ofrecieron sobre número de lectores y audiencias, tanto de TEF como de Periódico de Ibiza y Formentera son incorrectos. Aseguraba Diario de Ibiza que según la OJD la TEF no tiene audiencia. Cierto. La OJD no mide audiencias de televisión. La OJD es la Oficina de Justificación de la Difusión, una empresa independiente encargada del control de la tirada y difusión de diarios y revistas impresos en España. Diarios y Revistas. Es lo que mide la OJD. No audiencias de radios y televisiones. La comparación por tanto es tan absurda y malintencionada, como criticar a un carnicero por tener cero ingresos en la venta de pescado.

Según la Ley de Publicidad Institucional las administraciones deben seguir un criterio de reparto equitativo según la difusión del medio y su tipología. La TEF, al ser única en su tipología, puesto que no hay ninguna otra televisión local en Ibiza y Formentera, no entra dentro de ninguna comparativa. Es, por tanto, irracional que Diario de Ibiza compare sus números de lectores con la audiencia de TEF y es falso como dicen, que TEF tenga cero audiencia. Por mucho que repitan una mentira no la convierten en una realidad y si quieren creer que TEF no tiene audiencia, allá ellos. Según el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) que sí se encarga de medir audiencias de medios tanto escritos como audiovisuales, la TEF tiene una audiencia diaria de unas 19.000 personas. Dato que coincide con el de la empresa Mostaza tv, que mide audiencias de televisiones locales y que en los últimos seis meses sitúa a la de la TEF en una media de 20.000 telespectadores diarios. Y es muy lícito que una institución contrate a un medio de comunicación privado local que, además, utiliza el ibicenco como lengua vehicular, apoya las costumbres y la cultura de Ibiza y Formentera.    Tan lícito como si, por el contrario, decide como es el caso del alcalde de Ibiza Rafa Ruiz o del anterior alcalde de Sant Antoni, Pep Tur Cires, no trabajar con TEF ni contratar ningún tipo de programa o encargo audiovisual, más allá de lo mínimo ridículo para no ser denunciados por incumplir la Ley de Publicidad Institucional.

Pero vayamos al fondo de la cuestión porque lo realmente grave aquí no es si un alcalde o político decide hacer un programa de televisión o una producción audiovisual con TEF o con cualquier otra cadena.    Aquí lo peligroso es que un directivo de un medio de comunicación se sienta con la autoridad moral de plantarse en el despacho de un alcalde e intentar amedrentarle para que quite la publicidad a otro medio al que desea silenciar. Y esto ha pasado y está pasando en Ibiza. Es muy legítimo ir a «vender» tu producto, explicar las maravillas y bondades de tu empresa para que te contraten una campaña. Pero lo que la gente no sabe es que desde hace meses Diario de Ibiza ha iniciado una auténtica campaña, que casi se podría calificar de velada extorsión. Están obsesionados con la TEF hasta tal punto que no han tenido ningún pudor en insinuar a políticos en activo represalias de algún tipo si no quitaban la publicidad de TEF o dejaban de realizar programas. Amenazan con denuncias -que no llegarían a ningún sitio- si no diseñan el Plan de Medios que ellos quieren, siguiendo los criterios de medición de audiencia que ellos dicen. Diario de Ibiza se cree con derecho a decidir cómo se tiene que repartir la publicidad institucional de ayuntamientos y Consell, y si no hacen lo que ellos dicen, que se atengan a las consecuencias. Esto tiene un nombre y no se puede consentir. Es muy grave y empieza a ser tan habitual que ya no pierden el tiempo ni siquiera en suavizar el tono de la conversación o en utilizar eufemismos. Y para poder envolver toda esta campaña en una especie de aval legal se inventan datos de audiencias y en connivencia con el PSOE presentan mociones y notas de prensa atacando a un medio que no les gusta. También critican con la boca pequeña el reparto que se hace a Periódico de Ibiza y Formentera, y si hace unos años no les gustaba la medición del IBES y sí la de la OJD porque les beneficiaba, ahora que les hemos acortado ventaja, tampoco les va bien la OJD. Nunca se me ocurriría pedirle a un político, ni a nadie, que tome una acción de gobierno que perjudique a sabiendas a una empresa determinada por el simple hecho de que me es incómoda su existencia.

En el comunicado del PSOE Reinicia que calca Diario se le pide a Marcos Serra que haga un concurso público para «que todas las empresas de producción audiovisual ibicencas puedan, en igualdad de condiciones acceder a los contratos que se pagan con dinero público».    Esto está muy bien pero vayan a contarles este rollo a IB3, que tiene más de 35 millones de presupuesto que pagamos todos los ciudadanos de las islas (con escasa o casi nula presencia de Ibiza y Formentera en el conjunto de la programación) y la obligación, porque con ese fin nació la televisión pública, de dar trabajo a la industria audiovisual de las Baleares. Y no lo está haciendo. Se pueden contar con los dedos de una mano y sobran cuatro, las productoras de Ibiza y Formentera que tienen trabajo gracias a IB3. ¿Acaso un alcalde tiene ahora la obligación de ejercer las funciones que no realiza el Ente Autonómico? Y en segundo lugar, ¿cómo va a sacar a concurso un programa que es de la TEF? Es como si la productora de Un país para comérselo vendiese el formato a TVE pero la cadena decidiese sacarlo a concurso público para que la producción le resultase más barata. Los creadores del programa les mandarían al carajo y con razón.

La realidad es que Diario de Ibiza está atravesando un momento muy duro. A la difícil tarea de asimilar que ya no son los únicos en las Pitiusas, se le une la complicada situación económica por la que atraviesa. Las pérdidas millonarias que desangran cada año las arcas del decano de la prensa Pitiusa no son asumibles para ningún empresario, a no ser, claro está, que disponga detrás de un Grupo como es Prensa Ibérica que sostiene al moribundo Diario de Ibiza con inyecciones de capital provenientes de otras cabeceras más rentables, además de otros múltiples negocios del propietario. David contra Goliat. La gran Prensa Ibérica, contra el pequeño Grupo Prensa Pitiusa: local, ibicenco y con nombre y apellidos de aquí.