BEl culebrón que este periódico les viene contando sobre la nueva mansión que el astro del fútbol, Leo Messi, compró el pasado mes de febrero en Cala Tarida (Sant Josep), es ya indiscutiblemente la noticia del verano por derecho propio. Cualquier eventualidad sobre Messi despierta enorme curiosidad en millones de personas. Si, además, se estimula el interés y el morbo del público por conocer detalles sobre su lujosa mansión, por la que pagó a su anterior propietario 11 millones de euros, tenemos todos los ingredientes para que la información sea seguida con fruición por incontables lectores en todo el mundo. Por eso, hay que felicitar a Periódico de Ibiza y Formentera    por esta magnífica primicia, de la que se están haciendo eco los principales medios de comunicación de todo el planeta.

Resulta increíble que alguien como Messi, a quien se le presupone rodeado de administradores, abogados y asesores inmobiliarios para gestionar su ingente fortuna –que la revista Forbes estimó en 800 millones de dólares–, incurra en la imprudencia de adquirir un inmueble con importantes irregularidades urbanísticas (carecer del certificado de final de obra y de cédula de habitabilidad, así como hacer obras sin licencia), por subsanables que sean. Teniendo en cuenta que ya fue condenado en 2016 por tres delitos fiscales, y que se libró de la cárcel por los pelos, aún es más increíble. Lo que nos invita a concluir que muchos multimillonarios, a menudo no reparan en la legalidad de las cosas que hacen, porque saben que su inmensa fortuna les convierte en intocables. O que, con pagar la multa, asunto arreglado. Lamentablemente, suele ser así.