Puerto de la Savina. | APB

Entra dentro de lo previsible que a varios meses de unas elecciones, los diferentes partidos políticos ya vayan sintiendo la necesidad de marcar de nuevo sus posiciones y resaltar sus propuestas de cara a esa próxima contienda electoral. Si quien está gobernando es un solo partido, lo único que ocurre es que la rivalidad de este con los partidos de la oposición se suele incrementar; en cambio si quienes están gobernando son dos o más partidos, la circunstancia cambia sustancialmente.

Lo normal en este último caso es que los partidos que han pactado enfaticen aquellos puntos del acuerdo que cada uno crea que puedan estar quedando sin ejecutar o realizar, o recordando ciertos puntos que en su momento no se pudieron incluir en la propuesta de pacto. Todo ello como he dicho, entra dentro de la más pura lógica, ahora bien hay casos en los que el posicionamiento de alguna de las parte se sale de esa lógica y es sobre uno esos casos que creo oportuno hacer algunas reflexiones.

El caso específico al que me refiero es el pacto de gobierno del Consell de Formentera entre GxF y PSOE. Nos encontramos a poco más de seis meses de las nuevas elecciones locales y autonómicas y, desde hace ya varios meses, resulta muy fácil observar que GxF a pesar de formar parte del gobierno insular en el que ostenta diversas consellerias y la actual Vicepresidencia, después de haber ocupado la presidencia los primeros 28 meses de la actual legislatura; se viene desmarcando de algunas cuestiones que como gobierno les competen de lleno y a las que me referiré más adelante.

El mes pasado se hizo público un escrito de la líder de GxF y actual Vicepresidenta, que no olvidemos fue la Presidenta del Consell hasta hace un año, en el que se vertían diversas críticas al Govern Balear por diversas cuestiones sin resolver y en las que parece que pretenden haber sido meros espectadores. Se hace referencia a la inutilidad para Formentera de las ayudas aprobadas para la vivienda; la falta de resolución definitiva de los barcos de primera y última hora o la reducción de frecuencias; critica la inoperancia en el tema de fondeos y la pésima gestión del puerto de La Savina por parte de la APB.

Pero claro, a pesar de su amnesia selectiva y sobre todas esas cuestiones, habrá que recordarle a GxF que en cuanto a vivienda en 2016 y gobernando ellos en solitario, fueron el único Consell que no aceptó colaborar con el Govern en la apertura de la oficina del IBAVI en su isla, ni hicieron absolutamente nada cuando el Govern decidió cerrarla, afirmando años después, en 2019, que estaban negociando la creación de una oficina de la vivienda, de la que a día de hoy nada se sabe. Sobre transporte marítimo, no debería olvidar que si bien ellos llevan gobernando en la isla desde 2007, bien en solitario o bien con pacto, han sido incapaces de conseguir que se apruebe un reglamento que permita aplicar totalmente una ley aprobada en 2010 y que debía servir para regular el sector. Y esos no son más que dos ejemplos de muchos posibles, que ponen de manifiesto las incongruencias de GxF.

También resulta de una cobardía inusual, que pretendan lavarse las manos en cuanto a problemas que son resultado directo de su propia gestión y quieran engañar a los formenterenses dejando que sean tus socios quienes afronten situaciones como el marrón de los chiringuitos de playa, o el de s’Estany des Peix. Sin olvidar su nula capacidad de intervención en la resolución de los problemas provocados desde hace años por la central eléctrica de Es Ca Marí.

Reclama ahora GxF la necesidad de un liderazgo fuerte para proteger el entorno y el patrimonio de la isla y el modo de vida de sus residentes. ¿Significa eso    que durante sus muchos años de gobierno insular, no han sido capaces de ejercer esa fuerza para enfrentarse a Palma en defensa de su isla?

En Formentera está siendo esta una legislatura de un pacto forzado, sin un gobierno realmente compartido y de confianza mutua entre las partes; donde ya empiezan a volar los puñales. Y a todo ello el PSOE de la isla sin hacerse respetar ante tanto desplante de sus socios.