El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar. | Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

El 11 de abril de 2002 el gran maestro de las Ondas, Luis del Olmo ponía en un aprieto al entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, ante toda España. Tras preguntarle reiteradamente por qué no recibía en la Moncloa al Sr. Zapatero, jefe de la oposición en ese momento, y recibir como respuesta reiteradamente un: «los diálogos entre el Gobierno y la oposición funcionan con bastante normalidad y naturalidad», Luis del Olmo lanzó una petición al Presidente. Le dijo textualmente: «Pues le voy a hacer una petición personal (…). Le voy a hacer una petición con todo el respeto a usted y a todos mis compañeros: que reciba usted, como me ha recibido a mí, a un querido compañero de la competencia, Iñaki Gabilondo (de la cadena SER en aquel momento) para que pueda dirigirse a sus oyentes como me estoy dirigiendo ahora a los míos».

Tras esa frase, 12 larguísimos segundos de silencio. 12 segundos de un silencio muy significativo del presidente del Gobierno, que en una radio se hacen eternos, hasta que la potente voz del conductor de Onda Cero rompió para aclarar que no se había cortado la emisión. Después de una risa nerviosa y un ridículo imborrable, Aznar contestó que era un ‘ejercicio de libertad’. Efectivamente era un ejercicio de libertad, porque cada cual tiene la libertad de elegir dónde va y a quién quiere conceder entrevistas. Pero cuando eres el Presidente de un Gobierno elegido democráticamente, te debes a TODOS tus ciudadanos y no únicamente a los que te han votado. El hecho de que Aznar nunca concediera una entrevista a la SER (la última el 18 de septiembre de 1996) decía mucho de su forma de gobernar. 20 años después, el PSOE de Ibiza hace exactamente lo mismo. Agustinet y Rafa Ruiz seguro que presumen de ser la antítesis de personajes como Aznar, pero han calcado su forma de comunicar. El pasado mes de abril decidieron no acudir más a los debates del BNP de la TEF, ni tampoco conceden entrevistas a Periódico de Ibiza y Formentera, ni siquiera atienden a las llamadas de los periodistas de estos medios. Y la verdad, ojalá en Ibiza algún otro medio de comunicación que sí tenga la posibilidad de acceder a ellos en sus tertulias radiofónicas o en las páginas de sus periódicos, tuvieran la altura de miras del gran Luis del Olmo para preguntar a estos servidores públicos por qué se niegan a responder a las preguntas de los profesionales de la competencia.