Toni Marí Marí ‘Carraca’ en una imagen de archivo. | Arguiñe Escandón

El reinado de Toni Marí Marí ‘Carraca’ en el norte parece haber llegado a su albor. El eterno alcalde se va por la puerta grande, manteniendo un insólito resultado de diez concejales, tras haber capeado con maestría los vericuetos de una gestión municipal que apura su desenlace. Como era de esperar, suceder a un alcalde de su talla tras 24 años en el poder no iba a ser tarea fácil. Sant Miquel hace décadas que reclama un alcalde del pueblo y todos tenían el foco puesto en Andreu Roig quien, en un ejercicio de humildad propio de su estilo sereno, se bajó de la carrera electoral antes de que comenzara, demostrando que no ambiciona la poltrona sino el servicio.

Como no podía ser de otra manera, la sucesión de ‘Carraca’ pasa por un Marí. Está por ver si un Marí Torres de San Lorenzo o una Marí Marí de Portinatx. El primero hace años que suena como heredero al trono, aunque en los últimos meses su nombre ha ido perdiendo fuerza como candidato. Santi Marí es un político de raza y un trabajador incombustible que lleva años esperando su momento. Pero ahora las miradas se han dirigido hacia Tania Marí, a quién un sector de los populares quiere bendecir para salvar al partido de una debacle electoral. Juegan a su favor su moderación, sus tablas parlamentarias, su carácter afable y su lealtad inquebrantable al pater familias.

Con su habitual elegancia, ‘Carraca’ no ha señalado a su favorito para no condicionar la tarea del Comité Electoral. Pecan de ilusos aquellos que piensen que un PP hegemónico se va a dejar doblegar ante el primer obstáculo. El partido en Sant Joan goza de excelente salud gracias a años trabajo bien hecho en el seno de la organización. Ahora urge que designen a su nueva primera espada y se recompongan en torno a ella sin fisuras en el escuadrón.