Contra lo que suele creerse, leer no es un acto intelectual sino extremadamente caprichoso, y de ahí que los grandes escritores, pero también los pequeños y medianos, a ciertos lectores les gusten mucho y a otros nada, mientras un tercer grupo, por unas cosas o por otras, no los ha leído ni tiene intención de hacerlo. Por ninguna razón especial, hay muchísimo que leer, las cosas vinieron así. Lo que me pasó a mí con el longevo poeta, ensayista y profesor venezolano Rafael Cadenas, que a los 92 años y con una obra muy nutrida, acaba de ganar el Premio Cervantes de 2022.

Ya había ganado también el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2018, momento en el que me enteré por propia declaración, y citando un poema suyo, de que era un poeta humilde, silencioso y rebelde. Pero ni así encontré momento de leerlo. Esta sección de personajes notables necesita más poetas, sobre todo si son Premio Cervantes, y sin duda habría leído algo de Rafael Cadenas antes de redactar estas líneas, pero el destino también es muy caprichoso, y por pura casualidad me enteré de la noticia del premio por el ministro de Cultura señor Iceta en un informativo de televisión, lo que me disuadió en el acto.

Por razones acaso culturales, y tras anunciar al galardonado, resulta que este Iceta recitó su poema Ars poética para mejor conocimiento de la audiencia. El poema hablaba mucho de la verdad, y de la agonía lírica que experimentaba el poeta sólo de pensar que pudiera falsearla, y ante tanta humildad y sensibilidad, ya no fui capaz de emprender posteriores lecturas. No conozco al Cervantes de este año, y la culpa no es suya, ni siquiera del extenuante recitado de ministro, sino mía. Hay tantísimo por leer que toda elección por fuerza será caprichosa. Y en una galería de personajes, siempre hacen falta más poetas.