La pandemia nos había arrebatado muchas cosas, una de ellas el llamado Espíritu navideño, que no se muy bien que es, pero existe. El pasado jueves los alumnos de las tres escuelas de Formentera y los del instituto participaron en una cantada conjunta de villancicos que puso la plaza a reventar de familiares y amigos que al son de las cancioncillas disfrutó de nuevo de poder saludar a amigos, vecinos y conocidos. No olvidemos que justo hace un año el gobierno volvía a hacer obligatorio el uso de mascarilla en exteriores por el incremento de casos de Covid.

No les voy a engañar, personalmente la mayoría de los villancicos me parecen un atentado para la música. Letras como «Pero mira como beben los peces en el rio» o «Ya vienen los Reyes magos, ya vienen los Reyes magos caminito de Belén», «Olé, olé, Holanda y olé, Holanda ya se ve, ya se ve, ya se ve». Me parecen perversas, teniendo en cuenta que ni los peces beben ni los magos pasaron nunca por Holanda.

Pero créanme si les digo que en el contexto de reencuentro del pasado jueves los villancicos de los niños sonaban a música celestial, que acabó con las casetas navideñas llenas de vecinos entre vinos y tapeos, mientras los niños disfrutaban de chocolate caliente sin gluten ni lactosa y coca dolça.

Aquel ambiente que casi habíamos olvidado me pareció lo más parecido al espíritu navideño en el que nunca había creído y la recuperación de la tan deseada nueva normalidad. Esa misma mañana habíamos estado grabando en la TEF TV la felicitación navideña y ver a todos los compañeros de la tele, ataviados con guirnaldas, bolas navideñas y entonando y bailando un villancico bastante digno compuesto para la ocasión, me pareció de lo más divertido.
Así que !Viva la Navidad!