Juan Torres Marí, director de Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera.

Entrando en este nuevo año 2023 debo antes que nada expresar mi agradecimiento a todas las personas y entidades que en estas Navidades han colaborado con Cáritas tanto económicamente como con la donación de alimentos. También he de agradecer a todos nuestros voluntarios que, robando el tiempo a su familia incluso en Nochebuena y fin de año, han hecho posible que todos estos alimentos hayan llegado a sus destinatarios, las personas mas necesitadas. No puedo olvidar tampoco a nuestros trabajadores que, con tanto amor y cariño, acompañan en estas fechas a nuestros hermanos más desfavorecidos, demostrando con hechos lo que es el ADN de Cáritas.

Nos enfrentamos a un año 2023 lleno de retos y de ilusiones pero, también de necesidades. Siendo muy importante la acción de alimentar y vestir a las personas que más lo necesitan, es sólo una pequeña parte de nuestra actividad. Centro de día, comedor social, acogida y acompañamiento, programas y talleres de integración social, centro socioeducativo Betania, pastoral penitenciaria, talleres de orientación y formación laboral, empresa de inserción, agencia de colocación, etc, son también una parte muy importante de nuestra actividad.

El número cada vez menor de socios en Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera, la escasez de donaciones y el hecho de que las subvenciones no cubren nunca la totatalidad de gastos, hacen que el déficit presupuestario en Cáritas sea crónico y creciente. Si a esto le añadimos que el número de familias de Ibiza en riesgo de exclusión supera el 20%, que la inflación está disparada y que la oferta de vivienda es escasa y cara, lo previsible es un aumento importante de demandas de asistencia.

Con todo lo expuesto se entiende que el déficit del año 2022 haya sido de 234.000 euros y que el previsto para este año esté cercano a los 400.000 euros.

Pero no basta con mantener la actividad expuesta e incrementarla en cantidad, tenemos que asumir nuevos y muy necesarios retos, que por otra parte también son ilusiones. Tenemos que racionalizar y reestructurar las dependencias de Cáritas de modo que nos permita ser más eficaces y ahorrar en gastos de alquiler y transporte. Por ello, dentro del capítulo de inversiones, tenemos el proyecto de construcción de una nave donde, ademas del almacenamiento y logística de la ropa de recogida, se centralizará todo el area laboral de orientación, formación, talleres e inserción y tambien los servicios administrativos de Cáritas y su dirección.

Tambien necesitaremos invertir en la reforma y remodelación del Centro socioeducativo Betania, el cual está en un estado que va mas allá de la simple consideración de austeridad.

Para acometer toda esta inmensa labor necesitamos que SSMM los Reyes Magos nos ayuden un poco y que la sociedad ibicenca nos ayude un mucho. Quiero hacer un llamamiento al empresariado ibicenco que tan buenos resultados de negocio está obteniendo en esta isla de encanto, fiesta y diversión, pero cuyos efectos secundarios no pocas veces acaban haciendo cola en nuestras dependencias. Necesitamos su sincera solidaridad, su compromiso y colaboración.

También quiero transmitir la imperiosa necesidad de aumentar significativamente el número de socios, ya que con los actuales escasamente cubrimos el 3% del presupuesto.

Por último, quiero apelar a la conciencia social de los ayuntamientos y Consell Insular y que consideren que, a diferencia de ellos, Cáritas no cobra impuestos y realiza una gran labor de colaboración con estos organismos, a menudo con mayor eficacia, pero al final, año tras año, nos quedamos con nuestro déficit. Es necesario que estos organismos arbitren mecanismos de compensación para que esto no siga sucediendo.

Para acabar, destacar la satisfacción que supone para todos los que somos voluntarios de Cáritas y sus trabajadores todo lo hecho en 2022 y desear a todos los habitantes de Ibiza un feliz año 2023.