Imagen de archivo de la ciudad de Ibiza. | Archivo

Eso es lo que nos ha costado la realización del censo de viviendas del municipio de Ibiza y, una vez conocidos los datos, la pregunta es si realmente era necesario gastar lo que cuesta un piso medio en poner sobre un papel unos números que bien podrían obtenerse cruzando censo y catastro. Si, además, el Consistorio ha sido incapaz de averiguar qué sucede con más de 6.000 viviendas de las visitadas por los encuestadores, la falta de utilidad del estudio se hace más patente.

Si los 400.000 euros han servido para sacar a la luz 298 pisos que se alquilan a turistas de forma ilegal, parece realmente caro. Cuesta creer que el Ayuntamiento no tenga personal para rastrear a diario los portales de internet en los que se comercializa este tipo de oferta. Ahí tienen ustedes a Benet, todo el santo día en Twitter, como buena parte de los concejales.

Por otro lado, lo de los grandes tenedores de pisos es de traca. Vaya por delante que yo soy la primera que, como el alcalde (debe ser lo único en lo que coincidimos), considera que tener más de 2 o 3 pisos es un abuso. Pero la realidad es la que es y, mientras la propiedad privada sea sagrada, poco se puede hacer para evitarlo. Por lo tanto, recoger en el estudio que hay grandes tenedores en Ibiza es algo que no sirve de nada, salvo para generar corrientes de opinión. Y, que yo sepa, nuestro dinero no está para hacer ideología.

Finalmente, está bien que Aitor Morrás admita que los propietarios de pisos tienen miedo de alquilar por lo que todos ya sabemos. Pero Morrás    y el alcalde llevan dos años anunciando la creación de una oficina de vivienda que debería facilitar estos tratos y que, de momento, no pasa de ser un anuncio. Fum, fum, fum…