PSOE, Podemos y el PI boicotean a los vecinos de Sant Antoni. | Daniel Espinosa

Hace varios años que a menudo oímos a miembros del Gobierno de España quejarse de la oposición que hace el Partido Popular. La califican de «destructiva» por el mero hecho de no plegarse sumisamente a las políticas que impulsa la coalición gubernamental de PSOE y Unidas Podemos. «A pesar de la guerra, la pandemia y la oposición destructiva de la derecha y ultraderecha, España tiene hoy un gobierno social y ejemplar», dijo Pedro Sánchez en mayo del año pasado en Granada. Esta misma semana en el Senado, el presidente del Gobierno espetó al líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que «ejercer la oposición no significa oponerse a todo».

Desde este punto de vista, resulta muy reveladora la posición política de PSOE-Reinicia Sant Antoni, desde que el equipo de gobierno municipal se quedó en minoría. En lugar de ver en esta circunstancia una oportunidad para ser decisivos en la materialización de actuaciones positivas para el municipio y para sus vecinos, los socialistas y los podemitas han preferido situarse en una posición de bloqueo permanente, lo que sin duda el presidente Sánchez calificaría de «oposición destructiva», porque lo es.

El objetivo ya nada disimulado de Antonio Lorenzo (que no del último candidato socialista a alcalde, Simón Planells), es paralizar por completo la actividad del Ayuntamiento, en una estrategia que nada tiene de responsable. Presume en un vídeo de tener calle, pero debería demostrar que además de calle, está en condiciones de gobernar el municipio, lo cual está en cuestión teniendo en cuenta que fue pillado por la Policía Local conduciendo borracho. Eso sí que es tener calle. Y de la peor.

De Joan Torres, el único concejal del Pi, no importa decir nada más que lo ya dicho, porque estamos ante un sujeto incapaz de ver más allá de la punta de su nariz. Por tanto, es absurdo reclamarle un mínimo de responsabilidad. A fin de cuentas, él es el máximo culpable de la precaria situación en la que se encuentra el consistorio. Desde que a finales de noviembre del año pasado fue expulsado del equipo de gobierno, al votar en contra de los presupuestos del Ayuntamiento, su posición es la de nula colaboración por más que esté revestida de exigencias ridículas que sólo le sirven de pretexto. Ni quiere que salga adelante iniciativa alguna, ni lo hará posible con su voto.

Los concejales de Unidas Podemos tampoco están dispuestos a permitir que el PP gobierne, aunque sea a costa de torpedear iniciativas que una formación de izquierdas, en circunstancias normales, aplaudiría. Su portavoz, Fernando Gómez, desde que es candidato al Parlament –aunque sea de segundo plato–, ya ni se molesta en acudir al pleno y despacha el trámite por videollamada, lo cual demuestra el poco interés que despiertan en el aspirante a diputado los asuntos locales.

ELECCIONES

PSOE-Reinicia, Unidas Podemos y el Pi se han instalado en el boicot, votando en contra de todas las iniciativas del equipo de gobierno y no planteando ninguna alternativa. Prefieren abrasar al alcalde Marcos Serra, que gobierna en minoría, antes que facilitar que saque adelante ninguna actuación. Pero eso no perjudica solamente al alcalde, sino que a quien lastima es a los vecinos de Sant Antoni.

Estos tres partidos, sabiendo que los presupuestos están prorrogados, se oponen a dotar de fondos un plan local de prevención de incendios forestales. Se oponen a incrementar la partida para el control del acceso en vehículo a Cala Salada. Se oponen a dotar las partidas de recogida de basuras, limpieza de calles y plazas y jardinería. Se oponen a pagar el canon de residuos del Govern y de la tasa de gestión de la planta de Ca na Putxa. Se oponen a habilitar presupuesto para el mantenimiento y reparación de ventanas de la biblioteca, servicios sociales y auditorio Cervantes. Se niegan a renovar el parque infantil de la calle Catalunya. Tampoco están dispuestos a permitir que haya presupuesto para la grúa municipal. O para dotar el contrato de eventos que organiza el consistorio. O para mobiliario urbano de las zonas verdes.

BLOQUEO
Es preciso que la ciudadanía de Sant Antoni sepa lo que están haciendo los ediles de PSOE-Reinicia, Podemos y el Pi. Y que tomen buena nota del sabotaje que están perpetrando contra su propio Ayuntamiento, del que cobran y al que deberían servir. Muy al contrario, utilizan sus intereses políticos bastardos para atacar a la ciudadanía, impidiendo proyectos absolutamente vitales para los vecinos, sin plantear alternativas. Sus fechorías contra el municipio no deberían salirles gratis, electoralmente hablando.

Cuando Pedro Sánchez se vuelva a quejar de tener que soportar una «oposición destructiva», habrá que enseñarle lo que hacen los ediles socialistas en Portmany. Se le caerá la cara de vergüenza, si es que tiene. Ellos está claro que no.