Miembros de la PAH este martes en rueda de prensa en el Parlament de Catalunya. | Europa Press

Qué tiempos aquellos en que las calles y plazas de Ibiza eran los escenarios de protestas organizadas por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), para exigir el fin de los desahucios y la instauración de la dación en pago retroactiva. En febrero de 2017 lograron reunir a 300 personas. Entonces también se reclamaba un alquiler asequible y más vivienda social, pero eso fue en el pasado, cuando Podemos no gobernaba en Madrid y Palma. Entonces oíamos a manifestantes corear en las calles el consabido «sí se puede». Qué tiempos aquellos en que Aitor Morrás, Gloria Corral, Viviana de Sans y otros insignes políticos de nuestra tierra, se mostraban combativos en las calles, para que los más humildes tuvieran un techo donde vivir. De esos tiempos ya nada queda, aunque el drama de la vivienda ha ido claramente a peor. Entonces la formación morada presentó una moción en el Consell d’Eivissa instando al Govern balear a aprobar un plan de medidas urgentes por la emergencia habitacional, logrando que fuera aprobada por unanimidad. De nada sirvió. Ahora que sí forman parte del Consejo de Ministros y del Govern Armengol, ya no hay manifestaciones de la PAH, pero no porque falten motivos para protestar contra una situación dramática, que es la causa directa de que no haya personal sanitario suficiente en nuestros centros de salud y hospitales. E incluso residencias como Sa Residència Colisée desatienden a los ancianos internos porque no hay trabajadores suficientes. El drama ya afecta a casi todos los sectores, pero quienes más lo sufren son los trabajadores, las rentas bajas y la población más vulnerable, ancianos, enfermos y dependientes. Lástima que ahora ya nadie considere necesario protestar. Hasta en eso vamos a peor.