Voluntarios de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ayudan en el rescate de víctimas del terremoto en Siria. | Europa Press

La terrible catástrofe producida en Turquía y Siria, como consecuencia del terremoto, nos ha llegado a través de imágenes realmente impactantes. Si su dureza afecta a los adultos, deberíamos valorar la incidencia de las imágenes en los más pequeños, ya que puede conmoverles emocionalmente. La exposición de los menores a los medios de comunicación, generará que muchos niños hayan visto las noticias y quizás aún no tengan la capacidad emocional para gestionar esas imágenes. Por otro lado, la comunidad suele reaccionar ante las catástrofes de una manera impulsiva y solidaria. Con intención de generar conciencia, algunas entidades utilizarán campañas o formatos publicitarios impactantes como medio para el apoyo social.

Puede ser que en algunos menores al observar los acontecimientos de una catástrofe aparezcan en ellos estados de miedo, inseguridad, preocupación, incluso angustia. Por esto, es conveniente que los adultos tomemos conciencia de cómo el desastre ha impactado en ellos. Antes de comenzar a hablarles sobre la catástrofe es recomendable conocer la información de la cual disponen. Hay que tener en cuenta que tipo de imágenes han visto, no solo en los medios de comunicación, también las compartidas por las redes sociales. Si han tratado el tema en el centro escolar o si la información les ha llegado principalmente de algún amigo, etc.

Al mismo tiempo, es fundamental no minimizar falsamente lo acontecido, con intención de proporcionar tranquilidad, dado que podría generar más inseguridad en ellos. Tratarlo en una conversación de manera realista y sin dramatización ayudará a generar un estado de confianza. Dejarles expresar sus emociones o sentimientos sobre el desastre nos facilitará el discurso que como padres debemos ofrecer. Así por ejemplo, algunos menores necesitarán percibir seguridad o protección y otros necesidad de poder colaborar o ayudar en la catástrofe.

Que los menores formen parte de la respuesta que la sociedad ofrece para ayudar a las personas afectadas por este tipo de desastres naturales, bien sea a través de acciones de apoyo, ceremonias, eventos, etc. facilitará y ayudará a que ellos mismos adquieran capacidad de gestión emocional. Además de generar en los menores comportamientos tan necesarios para la humanidad como la solidaridad y la actitud de ayuda.

Para finalizar, creo que las sección de noticias, especialmente en las cadenas de televisión, deberían marcar una edad de recomendación apta para consumirlas y nunca por debajo de los 12 años.

ivancastroconsulta@gmail.com