Una jornada de 'Orienta-T' en el Recinto Ferial. | Archivo

El viernes pasado visitando la 1ª Fira de l’orientació educativa del Consell d'Eivissa, reflexionaba sobre que uno de los momentos cruciales del desarrollo vital se produce en el sistema educativo cuando el adolescente, en secundaria, debe decidir por dónde encaminar sus estudios, seleccionando asignaturas, que de una manera directa determinarán la profesión que debe elegir. Es decir, si uno de los momentos decisivos para encaminar la vocación coincide con una persona que aún no ha adquirido la madurez, empezamos mal.

La familia debe jugar un papel fundamental en este proceso, la función de orientación en esta etapa es determinante, pero desde años anteriores ha de fortalecer en el menor la búsqueda de su identidad, de su autonomía y el desarrollo de su propio autoconcepto. La elección vocacional, qué estudiar o a qué dedicarse de adulto no es una tarea fácil. Dado que el menor pasa de la idealización de la profesión en la infancia (cantante, futbolista, actor, policía, etc) a la desorientación por un futuro no tan lejano. Además, en gran medida condicionado por el resultado académico en las asignaturas ya cursadas y la decisión de continuar por bachiller para acceder a la universidad de manera más directa o por formación profesional. Aunque en secundaria es más obvio la necesidad de orientar, este es un proceso que debe iniciarse con bastante anterioridad.

Ayudar a que el menor desarrolle su identidad, identificando sus potencialidades, analizando lo que le gusta o le atrae, reflexionando sobre als virtudes personales que les son innatas, etc. pueden ser elementos de referencia en la toma de decisiones. Pero más allá de la vocación, también fortalecerá el desarrollo de su autoestima, que es el motor imprescindible para abordar y superar las dificultades. Los menores adquieren la autoestima a través del autoconocimiento, la autonomía, la confianza, viviendo sus propias experiencias, siendo respetados y diferenciados en el núcleo familiar, practicando las actividades que les gustan, expresando sus opiniones, etc.

En los momentos finales de la toma de decisiones la familia debe acompañarle en la búsqueda de información adecuada para fundamentar su elección, en este sentido las instituciones públicas deben colaborar apoyando a menores y familias en este proceso. De aquí la felicitación, por mi parte, al Consell d’Eivissa y a los ayuntamientos que han hecho posible la semana pasada la 1ª Fira de l’orientació educativa, dado que ha sido una plataforma informativa, representativa, cercana y completa para ayudar a los menores en la difícil tarea de seleccionar su vocación. Enhorabuena a los organizadores y participantes porque desde mi opinión lo han conseguido.

ivancastroconsulta@gmail.com