Imagen de archivo de una playa de Formentera. | Toni Ruiz

Como todos sabemos nuestros políticos recorren el mundo en busca de turismo sostenible. Grandes stands con imágenes de posidonia nos acompañan feria tras feria y la imagen que damos es de vivir en plena armonía con la naturaleza. ¿Pero es realmente así? ¿ Los turistas encuentran lo que les hemos vendido? y ¿cómo tiene que ser el turista sostenible ? Después de analizar la situación actual de la isla llego a la conclusión de que un turista sostenible, no puede hacer pipí ni popó, tampoco puede producir basura y no le tiene que gustar navegar. Como mínimo ha de tener estas cualidades.

No pueden hacer de vientre, porque gran cantidad de residuos fecales son vertidos al mar en la zona de Escaló de s’0li sin ser depurados, contaminando toda la zona y asfixiando la planta emblema de la isla, esa misma que mostramos en los stands, es obligada a retroceder. Es curioso que algo tan grave sea tema tabú para los políticos. Lógicamente es contrario a lo que vendemos. Son muchos los buzos que confirman dicha aberración, asegurando que compresas, papel, preservativos etc...están por todas partes y convierten el fondo marino en algo dantesco.

El tema de la basura, viene porque a alguien se le olvidó la contrata de basuras caducada en un cajón y los servicios que hace años eran suficientes, actualmente no dan abasto para recoger y limpiar toda la basura acumulada en los alrededores de los contenedores. Por lo que si produce basura ya no nos sirve . Esa imagen de los contenedores repletos de basura no se parece a la que llevamos a las ferias. Por otro lado a los turistas sostenibles tampoco les puede gustar navegar porque como nos hemos cargado gran parte de las empresas de chárter, si alguien quiere navegar los barcos han de venir de Ibiza, cosa muy poco sostenible.

Y aquí es cuando entra el turista regenerativo. El turista regenerativo ha de ser aquel que haga el trabajo que nosotros no hacemos. Este sí que es de vital importancia. A ver si nos ayudan a que lo que vendemos en las ferias se ajuste más a la realidad. Se nos da mejor vender que hacer, vamos dando una imagen que en muchas ocasiones defrauda al turista que nos da de comer. Este verano han sido muchos los turistas que esperaban encontrar playas de arena blanca y en cambio las han encontrado llenas de posidonia y basura. En fin, puro escaparate y mucho trabajo que nadie se ha dignado hacer.

Y con la cabeza gacha de vergüenza digo:

Visca Formentera.